4.3.09

Lo que se viene

El traficante de tierras Germán Cárdenas León tiene el padrinazgo del doctor Alan García, experto en bienes raíces como se sabe, y el madrinazgo de la ministra Mercedes Cabanillas, la Thatcher de las comisarías.

Por eso es que Cárdenas, comunero falso y aprista verdadero, se permite convocar a reuniones de sus pandilleros para insultar a este periodista y amenazarnos con llevarnos a la cárcel.

Cárdenas es uno de los grandes beneficiados con la ley que permite robar terrenos y luego demandarle títulos al Estado. Eso lo reconoce, con absoluta falta de vergüenza, en la carta donde anuncia que me aplicará el Código Penal por decir quién es y por decir quiénes lo usan para arrear portátiles.

El aprismo lumpen está dispuesto a todo con tal de acallarme y, según me dicen fuentes judiciales amigas, se alista una batería de juicios “por difamación y calumnia” que me entablarían Cárdenas y algunos de sus compinches.

García va a estar feliz, como cuando exhibe al hijo que mantuvo escondido hasta que esta columna lo sacó a la luz, y la señora Cabanillas sonreirá como la tierna mami de Mafalda que es. Bien por ellos.

Pero la verdad es que se volverán a equivocar conmigo.

A mí el señor Cárdenas no me va a callar. Ni en esta columna ni en el programa que mantengo en Canal 11. Ni en las tribunas que me inventaré si es necesario.

Porque me he impuesto un deber que pienso cumplir: ayudar, con lo poco que tengo, a que la gente entienda qué es este gobierno, quién de veras es Alan García, cómo es que se está organizando el segundo gran saqueo alanista de la cosa pública.

¿No vieron lo que ha logrado el generoso lobismo chileno con ese TLC que no hubiese firmado ni siquiera el muy nipón de Alberto Fujimori?

¿No vieron que gran parte de la tajada de los 500 millones de soles destinados a “restaurar los colegios emblemáticos” ya ha sido adjudicada a Graña Montero, el Pepe del Presidente?

¿No vieron que apenas una empresa que no pertenece a la mafia de Odebrecht, tan cercana al doctor García por cientos de miles de motivos, gana una licitación, saltan los de siempre con sus diarios y sus radios para decir que la empresa que ganó lo de Taboada no es la mejor?

¿No vieron cómo se consumó, a pesar del escándalo, la venta al club Regatas de esas 44 hectáreas que Garrido Lecca, socio del Regatas, regaló a razón de 38 centavos de dólar el metro cuadrado, dándose después el hecho de que el doctor García fue incorporado como socio del club que su ministro había decidido “financiar”?

¿No vieron la infección de lo de Collique, con sus metros cuadrados a cinco veces menos que su valor comercial y todo para volver a favorecer al Pepe (Graña) del Presidente?

¿No vieron que la mitad de la petroquímica de 650 millones de dólares que podrá darle valor agregado al gas licuado de petróleo de Camisea pertenecerá al grupo chileno Sigddo Koppers?

¿No vieron que el poder judicial y el ministerio público, notoriamente penetrados por el Ejecutivo, han terminado de sepultar las investigaciones sobre el hallazgo de un cargamento de cocaína y de un equipo de chuponeo –episodios distintos pero concurrentes- en los almacenes Ransa, pertenecientes al hombre que facilitó la huida de Montesinos prestándole su avión propio (o sea Dionisio Romero)?

¿No vieron que cambiaron las normas para que el Consucode pierda el poder arbitral que tenía y para que las entidades implicadas en las licitaciones decidan por sí mismas en caso de impugnación?

¿No vieron que el Apra ya prepara la reforma de la Contraloría para restarle jurisdicción y capacidades?

Lo que se viene superará la película “El gran robo del tren” (eléctrico). Y aquí estaremos para contarles todo lo que podamos averiguar. Yo no soy de los que huyen por los techos y dejan a la mujer con sus hijos a que enfrenten a los asesinos.
CESAR H.

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