5.3.09

Por ellas, aunque nos multen

EXPERIMENTOS PARA EL DÍA DE LA MUJER

Por: Fernando Vivas

Me entusiasma la propuesta de Mercedes Cabanillas de dejar el tránsito solo a mujeres policías. Quizá ha pecado de exceso de discriminación positiva de su género (da a entender que las mujeres son por tendencia honradas mientras los hombres tendemos a ser viles coimeros), pero todo sea para analizar los resultados del experimento.

La propia Meche es en sí un experimento: quería ser ministra de Defensa, para tentar el mismo camino triunfal que llevó a Michelle Bachelet a la Presidencia de Chile, pero le ha tocado el durísimo Interior. Ahora está documentándose en autoayuda política para convencerse de que entre protestas, atracos y tombos peleones, sí se puede.

Pero yo creo que no se puede. Si las Fuerzas Armadas son el cómodo reino de las prevenciones de largo plazo, grandes presupuestos y el fácil recurso a gritar “mamita, los chilenos” y arroparse con la bandera, la policía es el dominio de los partes imprevistos, de la bala perdida que da justo en el susceptible cuerpo opositor, de la muerte súbita del prestigio, del te fregaste si no castigas a tiempo y también te fregaste si lo haces en exceso (como haber separado a las cándidas Fénix expuestas en el Cholotube).

Pues este descenso aspiracional de la alta defensa nacional a la baja policía no ha amilanado a doña Meche, que ha cogido la áspera cartera, que más parece una caja de herramientas filudas, con firmeza y un atuendo que combina lo femenino fashion con lo masculino práctico: lentes de soldador y sastres resistentes al fuego. Y así se fajará, con tacos y todo, en ese mundillo de inteligencia pendenciera por el que tiene una especial debilidad.

Volvamos al tránsito. El experimento, que será paulatino hasta que solo mujeres se paren en intersecciones y se monten en las casetas, tiene una poderosa lectura freudiana, pues serán hembras las que frenen a machos al volante de taxis, combis y buses, serán féminas que papeleta en mano reduzcan a un impertinente de 4×4 hasta hacerlo sentir un desarmado motocarro y a un Tico achorado, si se pone muy faltoso, lo dejarán sin instrumento.

El caos falocrático del tráfico, carrera loca de espermatozoides buscando colarse en un claro del asfalto, será detenido en seco por estas garantes del flujo seminal de nuestra vida urbana.

Por supuesto, mi caprichosa lectura de equidad de sexo choca con otra realidad: la policía de tránsito la dirige el coronel Héctor Dulanto y faltan años y promociones para que las chicas empaten en galones a los hoscos generalotes.

EL COMERCIO

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