14.5.09

Crisis las de antes

El mundo está pasando por la peor recesión en más de 50 años, pero el empresario y el consumidor peruano no se dan por enterados. Curtidos por la hiperinflación, las largas colas y los continuos apagones de los 80, los peruanos consideramos que lo que está ocurriendo en la actualidad no merece el calificativo de “crisis”, sino que sería solo una pausa en el ritmo de crecimiento.

En realidad, es notable el terco nivel de optimismo que se mantiene en nuestra economía. Esto se convierte en una de nuestras principales fortalezas, comparada con la depresión en la que han caído otros países. Pero esta situación no se da porque el peruano haya perdido el sentido de la realidad.

Por el lado del consumo, la rápida disminución de la inflación incrementa la capacidad de gasto de la población y puede compensar, al menos en el próximo año, lo que inevitablemente será un estancamiento o caída en el ingreso del trabajador. Mientras tanto, las utilidades del sector privado en su conjunto –excluyendo a la minería, que depende de precios internacionales– todavía están en azul, lo cual permite que se sostenga la inversión.

Lamentablemente, la crisis en los mercados desarrollados no va a tocar fondo por algunos meses más, así que debemos tener oxígeno para mantener el optimismo. Eso requiere que el BCR siga bajando la tasa de interés y que el gobierno promueva la inversión, pero no solo la estatal, como parece ser la actual prioridad, sino especialmente la privada, que dentro de los programas anticrisis parece haber sido olvidada.

Incluso se debería aprovechar la situación para obligar al gobierno a salir de su letargo y reformar. El mercado de capitales es pequeño por los sobrecostos burocráticos de ingreso. Fusionando Conasev y la SBS, en un solo acto estos se reducen a la mitad. Simplificar los reglamentos de impuestos por obras y de APP, así como facilitar la entrega de concesiones, permitiría reducir la brecha que tenemos en infraestructura. Promover sin temor la ley MYPE lograría aumentar el empleo formal.

Con solo esos tres temas se daría un salto enorme en nuestra competitividad. El gobierno no debe olvidar que lo que llevó a que tengamos esta privilegiada situación fue la disciplina fiscal y el impulso empresarial. Espero que no maten a las gallinas de los huevos de oro en una obsesión por gastar más a como dé lugar.


peru 21

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