Empezamos el 2009 y no sólo debemos poner en blanco y negro las tareas pendientes, sino ejecutarlas de la mejor manera. En el caso particular del currículo integrado, es urgente recuperar el impulso inicial puesto por el gobierno a favor de la nueva educación pública. Recordemos que el Ejecutivo, a través del Ministerio de Educación (Minedu), comenzó el 2006 con una convicción extraordinaria en pro de la modernización educativa. Lo hizo, por ejemplo, al enfrentarse a un gremio politizado, burocratizado y excesivamente ideologizado como el Sutep y al emprender la capacitación docente.
Sin embargo, durante el año pasado (2008) el Minedu acusó un cierto adormecimiento y hasta entrampamiento en diversos objetivos y acciones anunciadas. Entonces, con el régimen aprista ya dos años y medio en el poder, el tema de la educación debería tener las cosas más avanzadas y seguras. Por ejemplo, en el currículo del presente año escolar. El asunto del diseño curricular es fundamental, puesto que para que los niños se eduquen mejor no sólo se requiere de profesores con buen nivel académico sino que se precisa de contenidos inteligentemente adecuados a las diversas materias de estudio y a las diferencias locales o regionales existentes en nuestro país.
Lamentablemente, no solo en este gobierno sino también en los anteriores, los burócratas del Minedu no tienen las cosas claras. Vale decir, por años vivimos en medio de avances y retrocesos en relación al currículo. Acaso los tecnócratas (asesores de tecnología educativa) y los especialistas de los niveles de educación (Inicial, Primaria y Secundaria) pierden tiempo, cobran puntualmente sus emolumentos pero el producto final de sus acciones suelen caracterizarse por ser inestables e inciertos. Puede resultar paradójico, pero seguimos viviendo en medio de las consecuencias negativas generadas por la reforma educativa de la dictadura de Juan Velasco. Los sucesivos gobiernos a esa tiranía socialistoide no han sabido corregir el mal planteamiento de cursos como los de Historia, Matemática, Educación Cívica, etc., que se elaboraron entonces e inclusive se agravaron después. Antes del golpe del 3 de octubre de 1968, los maestros eran respetados y los jóvenes que egresaban de las aulas tenían valores y conocimientos más sólidos. Hoy los maestros obedecen a un sindicato politizado con ideología marxista y metas comunistas. ¿Podrá actualmente el currículo integrado ser la solución? Un debate al respecto podría hacer que el Minedu vuelva a poner más interés en la enseñanza-aprendizaje.
Si no hay una política educativa decidida, las reformas que se emprendan serán tenues y pasajeras. ¿Qué se necesita para obtener las líneas maestras de un diseño curricular coherente y sostenible a mediano y largo plazo? Si bien es cierto que en educación no hay realidades estáticas e inflexibles, tampoco es bueno que cada cinco años se cambien programas, contenidos y métodos, ya que al final resultan configurando una situación caótica y desordenada. Pedimos al actual gobierno que haga el esfuerzo para contar con un currículo escolar más científico y equilibrado. No obstante, dentro de esa coherencia que también se respete y tome en cuenta las particularidades de la costa, sierra y selva
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Sin embargo, durante el año pasado (2008) el Minedu acusó un cierto adormecimiento y hasta entrampamiento en diversos objetivos y acciones anunciadas. Entonces, con el régimen aprista ya dos años y medio en el poder, el tema de la educación debería tener las cosas más avanzadas y seguras. Por ejemplo, en el currículo del presente año escolar. El asunto del diseño curricular es fundamental, puesto que para que los niños se eduquen mejor no sólo se requiere de profesores con buen nivel académico sino que se precisa de contenidos inteligentemente adecuados a las diversas materias de estudio y a las diferencias locales o regionales existentes en nuestro país.
Lamentablemente, no solo en este gobierno sino también en los anteriores, los burócratas del Minedu no tienen las cosas claras. Vale decir, por años vivimos en medio de avances y retrocesos en relación al currículo. Acaso los tecnócratas (asesores de tecnología educativa) y los especialistas de los niveles de educación (Inicial, Primaria y Secundaria) pierden tiempo, cobran puntualmente sus emolumentos pero el producto final de sus acciones suelen caracterizarse por ser inestables e inciertos. Puede resultar paradójico, pero seguimos viviendo en medio de las consecuencias negativas generadas por la reforma educativa de la dictadura de Juan Velasco. Los sucesivos gobiernos a esa tiranía socialistoide no han sabido corregir el mal planteamiento de cursos como los de Historia, Matemática, Educación Cívica, etc., que se elaboraron entonces e inclusive se agravaron después. Antes del golpe del 3 de octubre de 1968, los maestros eran respetados y los jóvenes que egresaban de las aulas tenían valores y conocimientos más sólidos. Hoy los maestros obedecen a un sindicato politizado con ideología marxista y metas comunistas. ¿Podrá actualmente el currículo integrado ser la solución? Un debate al respecto podría hacer que el Minedu vuelva a poner más interés en la enseñanza-aprendizaje.
Si no hay una política educativa decidida, las reformas que se emprendan serán tenues y pasajeras. ¿Qué se necesita para obtener las líneas maestras de un diseño curricular coherente y sostenible a mediano y largo plazo? Si bien es cierto que en educación no hay realidades estáticas e inflexibles, tampoco es bueno que cada cinco años se cambien programas, contenidos y métodos, ya que al final resultan configurando una situación caótica y desordenada. Pedimos al actual gobierno que haga el esfuerzo para contar con un currículo escolar más científico y equilibrado. No obstante, dentro de esa coherencia que también se respete y tome en cuenta las particularidades de la costa, sierra y selva
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