21.7.10

Encuesta inquietante

La encuesta de Ipsos Apoyo realizada por encargo de “El Comercio” me preocupa por dos razones principales. Una es que Keiko Fujimori, la hija del dictador ladrón y asesino, ocupa el primer lugar entre los aspirantes a la presidencia de la República. Otra es el continuo debilitamiento de opciones nacionalistas e izquierdistas.

Cierto es que la encuesta no abarca todo el universo ciudadano. Se ha llevado a cabo en 17 ciudades del país, por eso se titula: encuesta urbana. Su realización ocurrió entre el 13 y el 16 del mes presente.

La ubicación de la señora Keiko puede deberse en gran parte al recuerdo de las obras, sobre todo escuelas y caminos, que realizó el régimen Fujimorista. Otro elemento a su favor es que el poder mediático ha clavado en amplios sectores de opinión la idea de que Fujimori fue quien derrotó al terrorismo. Los sectores campesinos y de izquierda, que movilizaron masas y opinión contra Sendero Luminoso y el MRTA, son, en cambio, olvidados por la gran prensa.

Conviene recordar que los órganos de inteligencia, a través de bien aceitados “senderólogos”, sembraron la idea del que el movimiento armado por Abimael Guzmán era un peligro avasallador, a punto de apoderarse del poder. Hoy se sabe que sus militantes no pasaban de tres mil, y en algunas zonas, sobre todo de la selva, se componían de adolescentes reclutados mediante la oferta de un sueldo, aparte del desayuno, el almuerzo y la cena de que carecían en sus hogares. Los maoístas fanáticos eran una minoría activa e implacable, que creían que el asesinato era sinónimo de violencia revolucionaria.

La prueba de la endeblez de ese movimiento es que bastó con que su jefe fuera capturado, sin resistencia, rodeado de mujeres y vino, en una residencia limeña de lujo, para que todo eso se viniera abajo.

Fujimori estaba en ese momento dedicado a la pesca fluvial.

Hoy, la propaganda acerca de un resurgimiento senderista renueva la leyenda de que Fujimori nos salvó del terrorismo. Eso refuerza la campaña de Keiko.

Por otra parte, la propaganda de la candidata inunda todos los muros de la ciudad y el campo en el Perú. Es una campaña publicitaria escandalosa, financiada sin duda con los fondos mal habidos del ex dictador.

El otro dato que me preocupa es la baja aceptación del Partido Nacionalista a escala presidencial y de un sector progresista en lo municipal de Lima. Claro está que el sondeo es sólo urbano, en tanto que el humalismo tiene su fuerte en el sector rural. Aun así, pueden estar pesando otros factores. Por ejemplo, el reclutamiento indiscriminado, en que se han infiltrado hasta montesinistas, so capa de intelectuales. Otro factor son los procedimientos organizativos, sobre todo en provincias, donde caciques y negociantes suelen moverse a sus anchas.

LA PRIMERA

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