2.3.10

Chile, primeros pronósticos

Por Mirko Lauer

El terremoto ha despertado entre algunos comentaristas locales la fantasía de un Chile disminuido. Es cierto que la magnitud del desastre va a afectar, desde el primer día y por un buen tiempo, la gestión de Sebastián Piñera. Pero es extemporáneo, y sañudo, calcular efectos negativos concretos en esta hora de desgracia.

Las fantasías de estos días son, por llamarlo de alguna manera, ambiciosas: remate del armamento sofisticado, concesiones diplomáticas a los vecinos, desinversión en el exterior. Pero se trata sobre todo del otro lado de las teorías conspirativas, sumado a la idea de que los países sueltan sus activos con facilidad.

Por lo pronto nuestro vecino tiene experiencia en lidiar con secuelas de grandes terremotos (nueve por encima de 7° desde el de 1960 en Valdivia, 9.5°), los cuales nunca le han impedido avanzar en lo económico. En realidad tampoco aquí se ha asociado la marcha económica del Perú con los efectos cinco grandes sismos de 7°+ desde 1970.

Pero no se puede descartar que las pérdidas calculadas por la empresa Eqecat en US$30,000 millones, 15% de su PBI, añadan una inflexión económica chilena a los efectos de la crisis económica mundial, por lo menos hasta el fin del segundo trimestre de este año. De allí en adelante la reconstrucción entraría a velocidad de crucero.

Para el Perú las dificultades económicas del vecino en el corto plazo no son una buena noticia por ningún lado, pues parte de nuestro crecimiento económico se apoya en las diversas formas de intercambio con Chile. Digamos que aquí se van a sentir algunas tempranas réplicas, por ejemplo en turismo o compras chilenas.

Los primeros análisis económicos del exterior sostienen que lo sucedido va a afectar al peso chileno, pero que el país podrá absorber el costo de la reconstrucción sin afectar la salud fiscal. Algunos incluso dicen que la reconstrucción puede resultar un estímulo a la economía, si bien espaciado a lo largo de varios años.

La agencia Reuters recoge informes preliminares indicativos de que no hay “daños sustantivos a la industria minera, el mayor sector económico con 20% del PBI y 50% de las exportaciones”. Además el precio del cobre acaba de subir casi 6% en las últimas jornadas, con visos de mantenerse allí un tiempo.

Esta lista de factores económicos explica la actitud cautelosa, que algunos han leído como displicente, de Santiago en la acogida a la solidaridad internacional. Un probable temor es terminar con su imagen asimilada a la de Haití, lo cual podría aportar su propia cuota de efectos negativos.


LA REPUBLICA

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