25.8.10

Alégrame el día, Jimmy



Oh, my God. Jimmicito se ha escaldado. Pucha. Ni su acrisolado espíritu liberal, ni su pregonada tolerancia democrática ni su mente esclarecida de estadista del futuro le han servido para soportar que los Enemigos nos consiguiéramos, parte del codiciado manuscrito carmesí de su riquísima chibola, (¡oh, prodigioso cruce de Clorinda Matto de Turner con Hannah Montana!) y les chorreáramos a ustedes apenas algunas de sus más esplendorosas y libidinosamente jocosas prosas. Ah, no. Eso sí que no. Y pucha. Jimmicito se ha picado horrible, alucina. ¿No te parece malazo? Pucha. Picarse es cero glamour, alucina.

Trabajo en televisión desde hace 21 años y me he acostumbrado a los apocalípticos berrinches de las super divas de la pantalla de plasma como se acostumbra un pelador de pollos del mercado al olor tibio de la sangrecita. En todos los canales en que he trabajado, me he llevado siempre y necesariamente pésimo con todos los grandes figurones y pésimo también con todos los gerentes, a Dios gracias, sin excepción. La razón es tan sencilla como humilde. Jamás la chupo por memorándum. ¿Me explico? O sea, ya que en esta vida hay tanta y tanta guasamandrapa qué chupar, lo único que cabe hacer en salvaguarda de la autoestima y la dignidad es darse el lujo de ponerse selectivos y escoger libremente cuál nos provoca chupar y cuál no. O sea, mínimo, ¿no? ¿Me explico? El mame rítmico e indiscriminado de chulapi no ha sido nunca mi estrategia para conservar chambas. Si alguna vez he durado en alguna no ha sido precisamente porque la chupe bien, lo cual tampoco significa que la chupe tan mal, (ejem, al César lo que es del César), sino única y exclusivamente que, en este rubro, sí que me puedo poner gourmet. Y si hay algo que soberanamente he decidido este verano es que yo al candidato Jaime Bayly no se la voy a chupar de ninguna manera. Primero, porque no me provoca ni un poquito y segundo, porque constato que la entusiasta cola de los mamones voluntarios es tan larga y prematura que más parece la cola del concierto de Metallica, olvídense, de nunca acabar. Pobre. Con razón se escalda el chico como se escalda.


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Me preguntarán por qué publico esta cochinada:
Simplemente porque Me Llega al pincho los gustos gastronómicos del "Sr." Beto Ortiz. Que le diga al tal Jimmicito las cosas en su cara. A mí los problemas de maricas me llegan.


PERU 21

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