26.8.10

Lean a Federico

-Traté de seguir el primer debate edil organizado por El Comercio (muy mal eso de no dejar entrar a nuestro fotógrafo), pero la verdad tiré pronto la toalla. Por un lado, el formato no era el más adecuado: demasiados expositores y poca oportunidad de réplica. Muy frío y aburrido. Encima, sólo se pasó por tv por cable, así que no lo vio mucha gente. Eso debió hacerse sólo entre Lourdes y Kouri y por señal abierta.

Y como bien señaló Castañeda ayer, demasiadas propuestas fantasiosas, como si el alcalde de Lima tuviese tanto dinero y prerrogativas (eso de Susana "Patria Roja" Villarán de crear 100 mil empleos debe ser una secuela del troncho que confesó que se fumó con Mirko Lauer décadas atrás). No creo que este evento vaya a tener mayor trascendencia entre los votantes. De lo que vi, la verdad es que comprobé que sólo hay dos candidatos válidos por sus propuestas y por su peso político respectivo: Lourdes y Kouri. El resto me pareció muy demagógico e improvisado.

Villarán no pasa de ser una monja habladora y el pastor Lay está bueno nomás para su púlpito o como se le llame, mientras que Andrade probó que su "techo" es la alcaldía miraflorina y que debió tentar ese puesto (como decía Clint Eastwood en una de sus películas, "el hombre debe ser consciente de sus limitaciones"), donde tenía buena chance para defenestrar a Masías. Iberico estuvo de relleno, no sé para qué le invitaron si ni existe en la mente del electorado.

Ojalá que el JNE no tache a Kouri porque la campaña perdería nivel al reducirse de aquí a octubre a una Lourdes a la defensiva para conservar posiciones (y no meter la pata) ante un coro de enanos ruidosos en plan de cargamontón. ¡Patético! Además, los partidos se ganan en la cancha y no en la mesa, con leguleyadas planteadas por desconocidos (y monitoreadas a menudo por otros) que desmerecen cualquier triunfo.

-Hizo bien Chile en no elegir a Marco Enríquez-Ominami como presidente, personaje que nos visitó esta semana. Buen chico, lleno de buena voluntad, pero está muy verde para dirigir un país. Me pareció muy "light". Es que es bastante difícil que un treintón -aunque hayan existido casos exitosos, como William Pitt "el joven", que fue un magnífico primer ministro inglés a los 24 años y ocupó dicho cargo durante 18 años hasta su prematura muerte- tenga listo todo el bagaje vital, emocional e intelectual para esa tarea. Aquí ya sufrimos eso con Alan García y Cuba con Fidel Castro. Los cachorros de todas las especies mamíferas suelen ser irreflexivos, atolondrados, inocentones, hiperidealistas, voluntaristas al extremo y no miden las consecuencias.

-No soy de hacer "cherrys", pero cayó a mi manos el libro Así se hizo el Perú del veterano periodista Federico Prieto Celi y la verdad fue una delicia repasar y enterarme de mucha de la "petit histoire" (la historia pequeña), como llaman los franceses a esos episodios menores tras bambalinas que pocos conocen y que luego terminan teniendo tanta importancia en la "gran historia" general del Perú 1939-2009. Es que no termino de tragarme eso de mirar a la historia como la consecuencia inexorable de grandes movimientos y tendencias que desbocan a los humanos. Aquí un oscuro soldado imbécil como Melchor Montoya no asesina al ex presidente Manuel Pardo en la entrada del Senado a finales de 1878 y tal vez no hubiera habido guerra con Chile en 1879. Por ejemplo, Prieto revela que quien en realidad ganó las elecciones de 1939 fue Quesada y no Prado, pues resulta que la empresa D´Onofrio compró años después las ánforas de metal usadas en esos comicios para hacer sus carritos heladeros y las encontró llenas. El patriarca D'Onofrio mandó contar los votos y Quesada había ganado de largo. Otra de las tantas anécdotas que cuenta es que Belaunde estaba muy al tanto del golpe de Velasco. Es más, Velasco le ofrece un puesto a Arturo Salazar Larraín en su próximo gobierno unos días antes del golpe y éste le avisa al presidente Belaunde, quien no hizo nada (y que ya había recibido mil advertencias). Ya vimos las consecuencias...

Libro ameno y bien documentado, sin pretensiones académicas sino testimoniales, lo recomiendo porque ilustra y entretiene mucho.


CORREO

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