3.12.10

La pertinacia de la satrapía norcoreana

El reciente y alevoso ataque producido por la aviación norcoreana contra la isla de Yeongpyeong constituye no sólo un incidente mayor en la disputada región marítima fronteriza entre las dos Coreas sino que es la primera agresión contra la población civil además del primer bombardeo de suelo surcoreano desde el fin de la guerra entre ambos países en 1953.

Sabido es que el régimen de Piong Yang es el más aislado del mundo por su ideología comunista y porque ha instaurado una verdadera monarquía dictatorial y autoritaria en la que el poder se hereda de padre a hijo. En efecto; A Kim Il Sum le ha sucedido su hijo Kim Jong Il y a este le sucederá en breve su ya nombrado heredero Kim Jong Un, quien ha sido nombrado recientemente general de cuatro estrellas pese a contar tan solo con veintiséis años.

En consonancia con una férrea y dinástica dictadura comunista, Corea del Norte ha desarrollado una agresiva política armamentista que está avanzando en la preparación de bombas nucleares. Ya en la ONU se ha advertido en reiteradas oportunidades sobre estas intenciones pero poco es lo que se ha podido hacer por la oposición del gobierno norcoreano a que se realicen inspecciones en su territorio. A todo esto es evidente que Corea del Norte ya cuenta con un programa nuclear de enriquecimiento de uranio muy avanzado.

La diferencia entre lo que significa el capitalismo y el comunismo, la democracia y la dictadura, la política económica estatal y el libre mercado y su apertura al mundo, la tenemos evidenciada de manera indubitable en las dos Coreas. Corea del Sur es próspera y boyante y su modelo de desarrollo es considerado muy exitoso en el Asia y en el mundo entero. Sus logros tecnológicos son extraordinarios y el nivel de vida de su población alcanza los índices de los países altamente desarrollados. Mientras tanto Corea de Norte sigue con su economía empeorando cada vez más, ahogada por los subsidios estatales, las prebendas públicas y una política estatista y centralista que la ha llevado casi al borde la inmovilidad. A la idea de la democracia, cuya vigencia le ha dado a Corea del Sur bienestar y esperanza para su pueblo, Corea del Norte propone la extravagante idea Zuche, invento de Kim Il Sum que compendia los principios del totalitarismo comunista.

Es en este contexto y con estos antecedentes que debemos reflexionar sobre esta provocación inaceptable del gobierno norcoreano y condenar su ataque a Corea del Sur y a sus ciudadanos indefensos. Sin embargo, es plausible que Corea del Sur no haya caído en dicha provocación y mantenga la calma y la prudencia. La sociedad militarizada de Corea del Norte tiene a más de un millón de soldados en su Ejército y a un aparato militar poderoso solventado con el hambre y el atraso de su población.

Queda claro que en ese escenario de posible conflicto binacional, es muy fácil el escalamiento, por lo que es menester que la ONU, Estados Unidos y China interpongan sus buenos oficios para sentar en la mesa de negociación a Corea del Norte y exigirle el respeto a las normas internacionales de convivencia pacífica

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