3.12.10

Un fracaso más

Justo a tiempo, el Fujimorismo lanzó contra el Vocal César San Martín una acusación con el ánimo de impedir que éste fuera elegido presidente de la Corte Suprema. Intento fallido.


El dardo lo lanzó el congresista Rolando Sousa, de la bancada Fujimorista, quien dirige el estudio de abogados al que pertenece César Nakazaki, espadachín judicial del corrupto ex dictador.

La maniobra se basó en correos electrónicos en los que el doctor San Martín dialoga con juristas españoles sobre temas de doctrina que no indican sujeción respecto a la sentencia contra Fujimori. Es usual que antes de emitir un fallo los jueces se internen en fuentes doctrinales, obras especializadas, casuística judicial. Eso se puede percibir en todos los fallos importantes del Tribunal Constitucional, por ejemplo, que a diario enriquecen las páginas de El Peruano.

El hecho de que la artimaña fuera elaborada sobre la base de una violación y filtración de correspondencia privada exhibe su entraña. Ese es el método del montesinismo y sus secuaces. Como ha precisado el doctor Avelino Guillén, Fiscal Supremo de Control Interno, Sousa y sus colegas de estudio son especialistas en defender a violadores de los derechos humanos y corruptos recalcitrantes, aprovechadores del poder político para los fines consiguientes.

Por eso precisamente formularon la denuncia. Querían anular la sentencia que el año pasado expidió el tribunal supremo contra Fujimori. La decisión condenó a 25 años de prisión al acusado como “autor mediato” (por tener el dominio de hecho) de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, así como por el secuestro de un periodista y un empresario.

Eso no agota, por cierto, el repertorio de crímenes del ex gobernante que renunció por fax al más alto cargo de la República y luego mostró su condición de japonés (aunque cobarde) al ser candidato frustrado al Parlamento nipón.

Los defensores de Fujimori fingen creer que si no hubiera sido por la asesoría externa, el acusado hubiera sido absuelto. Eso no se lo creen ni ellos mismos. No se necesitaba ningún consejo exterior para mostrar la carga de la culpa que pesaba sobre el ex dictador que hizo de la política una red para asesinar y un lucrativo negocio privado.

La maniobra intentada fue tan burda, que los vocales supremos decidieron ayer elegir, por 13 votos contra dos, al doctor San Martín para la función más alta del sistema judicial. Quiere decir que no todo está perdido en la magistratura.

Tan abrumador fracaso Fujimorista debería desalentar el proyecto de anular la sentencia contra Fujimori. El doctor Guillén ha expuesto que esa sentencia es inexpugnable, pues tiene ya condición de ejecutoriada y sobre ella la Sala Penal Transitoria ha declarado que en su integridad no procede nulidad alguna.

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