3.12.10

Otra vez perdió la mafia

La elección de César San Martín al frente del PJ

Por Augusto Álvarez Rodrich

Ser atacado por el fujimorismo es lo más parecido al certificado de buena conducta que se le puede pedir al que ejerce un oficio desprestigiado como el de juez, y eso fue lo que a César San Martín le otorgó la contundente votación que lo puso ayer al frente del Poder Judicial.

El fujimorismo jugó con todo para demoler a San Martín, pero debe ser tan grande su desesperación que lo hizo con un argumento que, como dijimos ayer acá, fue un mamarracho.

Por ello, este ataque de última hora fracasó pues produjo una avalancha de votos por San Martín –trece de quince– pero, además, permitió que se le viera el fustán al fujimorismo.

El primer fin de la patraña fujimorista era bajarse a San Martín con un obvio espíritu de venganza contra quien presidió el histórico y ejemplar fallo contra Alberto Fujimori. Pero, además, su fin mayor era anular su sentencia. Ese es el eje central del fujimorismo, lo cual revela su severa limitación para volver al poder pues lo convierte en un partido cuyo símbolo electoral podría ser una ganzúa junto con una pata de cabra.

El comportamiento que han tenido los que organizaron esta intentona es mafioso –como señalaron las portadas de ayer de dos diarios, incluido este– pero, también, es muy torpe, lo cual vuelve a demostrar que la capacidad de planeamiento y de operación de ese sector político perdió mucho luego de que Vladimiro Montesinos se viera impedido de seguirlos conduciendo por su dificultad para hacerlo desde la Base Naval. Para decirlo de un modo más directo, el talento malévolo del ‘Doc’ es, sin duda, muy superior al de Rolando Sousa y Carlos Raffo.

La elección de ayer de San Martín es, junto con el triunfo reciente de Fuerza Social en Lima, la segunda gran derrota de la coalición aprofujimorista, que se reúne para fines específicos en los que encuentra coincidencia táctica. A su vez, la patraña de Sousa se acabó pareciendo, por su consecuencia política, a la portada puño en alto contra Susana Villarán.

San Martín tiene ahora un desafío muy grande por delante debido a la enorme expectativa que ha generado. Habiendo sido este columnista alguien que apoyó su elección desde este espacio –con la, sin duda, nula influencia que un periodista puede tener en una votación a puerta cerrada entre quince jueces–, ahora retorno al terreno neutral para exigirle al nuevo presidente del Poder Judicial que lo reforme a fondo para volverlo honesto, eficiente e independiente. Es decir, lo que hoy todavía no es.

En dicha tarea no habrá cheque en blanco ni excusa para que esta vez se vuelva a defraudar el clamor ciudadano por una justicia que produzca orgullo y respeto, en lugar de vergüenza y asco.

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