11.11.09

En casa del herrero cuchillo de palo

En la década del setenta se aceleró la informalización de la sociedad peruana. En un solo acto, la reforma agraria envió a la marginalidad al sector más formal que existía y que era, además, uno de los pilares de la recaudación. Casi cuatro décadas más tarde, ni el agro ni el tesoro se han recuperado de esa violenta confiscación.

Por otro lado, en esos años también se inició el proceso de tratar de crear conciencia tributaria en un país donde aún existe evasión generalizada. A través de campañas masivas en medios con el personaje de 'Pepe el Vivo’, con sorteos semanales de comprobantes de pago y con sanciones efectivas a los evasores, se logró llevar la recaudación tributaria a 17.6% del PBI al final de esa década.

Pero la recaudación cayó a la mitad durante el gobierno del otro García, y si bien se recuperó en parte, el nivel nunca más fue igual, fluctuando entre 12 y 15% del PBI dependiendo del ciclo de la economía mundial. En todo ese tiempo, la estrategia de recaudación ha estado diseñada más en función de la comodidad de la institución que con sentido de urgencia, limitándose a ajustar al contribuyente formal. De esa manera, hemos llegado a una situación en la que el 90% del Impuesto a la Renta lo aportan solo 15 mil de los más de tres millones de contribuyentes registrados.

Es, por ello, bienvenido el énfasis que la Sunat le está imponiendo luego de muchos años a una lucha frontal contra la evasión. Hoy reportamos el caso del sector de restaurantes y, como ese, hay muchos más en una economía que es 62% informal.

Sin embargo, nunca se va a lograr crear conciencia tributaria si entre los principales infractores se encuentra el propio Estado, el cual le debe a la Sunat más de 1,200 millones de soles. Para colmo, hace pocos días, los alcaldes de Chiclayo y de Arequipa, grandes deudores tributarios, dijeron con todo desparpajo que no podían pagar y que las deudas se las deberían condonar.

Así que, ahora que el Gobierno anda buscando que la 'U’ le cancele, lo adecuado también debería ser asegurarse que todas las entidades del Estado estén al día con sus pagos. Ya será responsabilidad del jefe de cada entidad estatal ver cómo hace para ahorrar y, así, poder cumplir primero con su obligación fiscal. Al final de cuentas, eso es justamente lo que el Gobierno espera que hagan los ciudadanos. Lo menos que debe hacer es predicar con el ejemplo.


PERU 21

No hay comentarios: