12.11.09

Guerra fría en las encuestas

En las últimas horas se publicaron dos encuestas de opinión realizadas en Lima y Callao cuyas divergencias hacen dudar sobre el rigor de estas consultas. Así, mientras el sondeo de CPI hecho por encargo del diario Correo asegura que el presidente Alan García tiene 55.3% de desaprobación, el de la Universidad de Lima arroja 59.8%.

Sorprende esa diferencia porque ambos sondeos abarcan el mismo universo. Y el mismo tiempo: la de Correo el 9 de noviembre y la de Universidad de Lima el sábado 7 y el domingo 8. Notable es aquí la diferencia por sexo. Las mujeres son las más disgustadas con García: 64% lo desaprueban, frente a 54% de los varones.

La aprobación a García arroja, por su parte, casi igual diferencia, pero al revés. Mientras Correo registra 30.1%, la U. de Lima encuentra 35.8%.

Sorprende el empate de las dos encuestadoras respecto a candidatos presidenciales. Ambas le dan 29% clavados a Luis Castañeda.

En los dos sondeos aparece Keiko Fujimori en el segundo lugar. Pero mientras Correo le da un 22% de preferencias, la otra encuesta sólo le asigna 18.3%.

Esto nos trae a la memoria los días de 2006 en que las empresas de consulta de opinión pública declaraban que Lourdes Flores ocupaba el primer lugar en la voluntad de voto, dejando muy atrás a Ollanta Humala y más lejos todavía a Alan García. El triunfo de la candidata de Unidad Nacional parecía tan seguro que la democracia cristiana mundial preparó un cónclave en Lima, aparentemente para festejar la victoria.

Lo que quiero decir es que las encuestas, aun las más serias, pueden equivocarse, sobre todo cuando se efectúan demasiado antes de la fecha de las elecciones. Mensajes nuevos, inesperados personajes, revelaciones dramáticas pueden modificar sentimientos y votos.

La encuesta de la Universidad de Lima aporta datos para la reflexión. Por ejemplo, que el 62.7% de los consultados desaprueba que los puertos se entreguen en concesión a empresas privadas nacionales o extranjeras. No sorprende que el segmento social A sí esté abultadamente de acuerdo: 70.2%, y el B también: 53%. En cambio todos los sectores populares se oponen masivamente a la privatización.

Contundente es el rechazo a la privatización de Sedapal: 75.2%.

El 69.8% desaprueba la prohibición de distribuir gratuitamente la píldora del día siguiente, según la encuesta de la U. de Lima. Todos los sectores sociales coinciden abrumadoramente.

La misma encuestadora halló que el 90.9% se opone a que Sendero Luminoso se incorpore a la democracia como partido político. La desaprobación es muy alta en todos los niveles.

Apena, de otro lado, que los sectores más pobres ignoren quién fue José María Arguedas (53.6% en el sector D y 60.9% en el E). Huella de la pobreza cultural de nuestra sociedad y nuestra educación.


EL COMERCIO

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