31.12.09

El otro programa de Bayly

Por Mirko Lauer

La aparición de Jaime Bayly en una encuesta de intención de voto presidencial no es espectacular (1%), pero es significativa. Esta figura de la TV ya tiene un tiempo informándole a su público que también le gustaría ser una figura de la política. Por momentos lo ha sido, pero siempre desde la pantalla.

Bayly ha mantenido a lo largo del 2009 conversaciones de intención seria sobre las perspectivas de una candidatura presidencial, sobre todo con algunos de los cuarentones liberales de derecha más caracterizados, pero también con su tío Ricardo Letts. Incluso ha viajado a Arequipa y Piura en gira de sondeo político.

Su principal operador político hasta el momento es el abogado Enrique Ghersi, quien parece estar reclamando para sí la paternidad de la buena performance electoral de Mario Vargas Llosa en 1990. Ghersi mismo ya tiene un par de meses levantando su perfil con declaraciones varias en temas de actualidad.

El programa de gobierno de Bayly es un secreto bien guardado, pero una filtración es la promesa de hacer llegar al seleccionado peruano al próximo mundial de fútbol disponible. Mientras eso sucede el precandidato se va instalando en Lima, y ha viajado a Bogotá con el ánimo de aprender de la experiencia de Álvaro Uribe.

¿Tiene futuro? Depende de lo que entendamos como futuro. En cosas del 2011 todavía nadie se ha podido pasar de la segunda división a la primera. Pero es temprano, y los procesos electorales peruanos tienen una hora de la sorpresa, que es la que nos dio los debuts de Alberto Fujimori, Alejandro Toledo u Ollanta Humala.

Convertir peso mediático en poder político se ha ido volviendo cada vez más fácil, y más natural a medida que los dos espacios han ido encontrando identidades comunes. Hay demasiados ejemplos recientes en el mundo como para citarlos. En el Perú el ejemplo emblemático es Ricardo Belmont, que convirtió sus ratings en una suerte de carrera en la política.

Si realmente desea ser candidato, Bayly quizás tendría que suspender sus actos de equilibrismo verbal en las fronteras del género, aunque sobre eso sabrán más sus asesores. Luego está la sensación de que es una persona dispuesta a sacrificarlo todo por una buena broma, tic que ha sido la tumba de muchos candidatos.

Solo falta decir que entre los precandidatos menores al 2011 hay un equipo mucho más interesante, divertido y meritorio que en las grandes ligas del momento, donde hay gente que ya conocemos demasiado. Pedro Pablo Kuczinsky, Marco Arana, y ahora Bayly, merecen que les vaya algo mejor. Cuánto mejor, ya es otro asunto.


LA REPUBLICA

No hay comentarios: