31.12.09

Otro año más sin seguridad

Autor: Fritz Du Bois


Durante las fiestas de fin de año es cuando debemos tener más cuidado para evitar que seamos asaltados. El informe que publicamos el día de hoy es alarmante: el número de robos se incrementa en 80% durante las celebraciones del nuevo año. Evidentemente, el nivel de riesgo varía de acuerdo con la localidad, pero el común denominador, en todo el país, es que la inseguridad del ciudadano es cada vez mayor.

A su vez, estos niveles de inseguridad se ven reflejados en la creciente desconfianza hacia la Policía que tiene la población. Es un círculo vicioso, aumentan los crímenes, pero la población es cada vez más renuente a denunciar o a colaborar con la fuerza policial porque considera que esta tiene muy poca efectividad. Se está ampliando tremendamente la brecha entre la autoridad y el ciudadano.

Por ello, el punto de partida para mejorar esta inaceptable situación tiene que ser una reforma policial. Este año ha sido particularmente malo para la institución. Ha tenido desde denuncias de corrupción en el manejo del combustible para los patrulleros hasta grandes operativos que resultaron en dolorosos fracasos, como los casos del Bosque de Pómac y de Bagua.

Por otro lado, están las sospechas sobre un escuadrón de la muerte operando en Trujillo que hasta la fecha no han esclarecido, mientras que el alto mando policial desperdició la poca credibilidad que le quedaba en un cantinflesco fiasco como el de los 'pishtacos’.

Ahora, para cerrar con broche de oro un pésimo año, resulta que tres de los oficiales recientemente ascendidos a general tuvieron vínculos con el lugarteniente de Zevallos. Peor aun, uno de ellos ni siquiera estaba entre los 80 candidatos originalmente considerados para cubrir las 20 vacantes que existían y, sin embargo, por decisión política –suponemos que del ministro del Interior–, se le ascendió a general.

Tenemos, entonces, un cuadro alarmante con una institución que marcha de tumbo en tumbo y que, para colmo, está sujeta a interferencia política para promover a los elementos más cuestionados dentro de sus cuadros. Sin embargo, nada hemos escuchado este año de cómo se piensan acercar al ciudadano o cómo implementarían una política de policía vecinal, o qué harían, en general, para mejorar la seguridad. Ojalá que, en 2010, el Gobierno revierta su pésima actuación en este sector, que se está convirtiendo en su peor fracaso.



PERU 21

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