31.12.09

Fábula del levantador de pesas

Yo no creía en milagros, pero lo ocurrido con Enrique Crousillat ha derrotado mi escepticismo. En primer lugar, harto milagroso es que el presidente de la República lo indulte a pesar de los graves actos de corrupción que cometió y por los cuales fue condenado a ocho años de prisión.

Que dicho personaje, internado en una clínica desde hace meses por su delicado estado de salud y lo enfermo de su corazón, se dedicara a levantar pesas es una prueba de que en diciembre sí hay milagros. Según todos los galenos, ese ejercicio es el menos indicado para los hipertensos puesto que afecta la circulación sanguínea y la respiración.

Pero, he ahí, so pedazos de incrédulos, cómo un hipertenso grave como Crousillat puede dedicarse a esa gimnasia, demostración palmaria de que ha sido marcado por un prodigio.

En este caso, el paciente poseía, entre otras posesiones, una gran fe en el doctor García, el señor de los milagros como éste, quien sin duda le había ofrecido sacarlo libre.

Los malpensados pueden suponer que detrás del indulto está el intento de que el indultado recupere el canal que antes manejó y gracias al cual Vladimiro Montesinos le pagó 69 millones de soles, por concepto de soborno.

Eso supondría que se trata de un operativo parecido al del Canal 5, cuando García colocó personas de su confianza para reemplazar a Genaro Delgado Parker. Fue tan burdo, que la farsa se vino abajo.

Quedó en claro solamente que García quiere ejercer el poder mediático para salvar los restos de un naufragio.

El caso actual es distinto. Se trata, repetimos, de un milagro de la fe.

Movido por esa pasión pura y sin mancha, Crousillat se niega a pagar los 80 millones de soles de reparación civil que la justicia le fijó y a devolver los 69 millones que recibió por alquilar la línea editorial de la televisora que poseía.

No sólo eso. La fe, que mueve montañas, le ha devuelto la energía apenas pisó calle. Mientras otros enfermos graves salen de un nosocomio pálidos pero serenos, el levantandor de pesas de nuestra historia, apenas liberado, ha comenzado a atacar con atlética furia a sus oponentes y críticos.

Muchos creíamos hasta anteayer que el Perú es el país de la farsa. Ahora sabemos que es el país de los milagros, en el cual un presidente puede devolver la libertad y la salud hasta al mejor pagado de los corruptos de la televisión criolla.

Otrosí. El 2009 ha sido un año perdido. Estamos padeciendo un crecimiento cero, la caída de casi todos los rubros de la economía y crisis profunda en la educación y la salud públicas. Esperamos que el año que viene nos trate mejor a los peruanos. Como usted ve, severo lector, lectora bella, creemos que los milagros pueden favorecer también a las personas honestas. ¡Feliz año, entonces, para todos!



Cesar Levano

LA PRIMERA

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