8.12.09

El presidente no tiene quien le escriba

Tras el escándalo generado por parlamentarios de su partido (incluyendo al secretario general del mismo y una ex ministra de Educación), la mayor parte de ellos integrantes de la Comisión de Educación, y todos vinculados por redes de clientela a la mafia que sirve los intereses de dueños de “universidades” privadas que lucran negociando al por mayor grados y títulos “a nombre de la Nación”, con grave perjuicio del país, el presidente García, ha condenado tal estafa, ordenando solemnemente a los directivos del SINEACE una pronta evaluación de la calidad académica de todas las universidades, refiriéndose otra vez (como antes con el escándalo de los petroaudios) a los operadores políticos de aquella estafa como si se tratase de terceros, ajenos a su entorno.

Llama la atención que el presidente hable y actúe como si no hubieran responsables políticos para este tema en su entorno ministerial. Y, en cierto sentido, efectivamente tal vez no los haya; en cuyo caso la situación es más grave aún, pues revela la total ausencia del ámbito universitario, nivel educativo de importancia decisiva para el país, en su agenda política. ¿Es que realmente no hay nadie en el gobierno que asuma la responsabilidad por lo que ocurre con las universidades en nuestro país? ¿Son entonces las universidades tierra de nadie donde pueden instalarse tan fácilmente personajes de la calaña del vitalicio “rector PhD”, dueño y padrino, cuyas patéticas declaraciones dan rotunda cuenta de su estatura moral e intelectual? ¿No había reparado en ello el presidente García? ¿O es que nunca le importó lo que ocurriese en las universidades peruanas excepto si podía hacer caja con alguna de ellas, como la de su socio, y ministro de Educación por ello, José Antonio Chang, cuyas deplorables credenciales académicas tampoco parecen haberle importado al momento de nombrarlo como ministro precisamente en esa área? Y, cuándo propone solemnemente una prontísima evaluación, ¡ya mismo!, de todas las universidades (¡!), ¿tiene el presidente alguna mediana idea de los plazos y costos que toma acreditar no digamos una universidad sino uno solo de sus programas?... Preguntas van, preguntas vienen, escuchando al presidente. De lo que no cabe duda después de oírle es que, en un tema tan delicado y de la mayor importancia para el futuro inmediato del país, como es el de la educación superior, el presidente no tiene la menor idea (y tal vez tampoco el menor interés) en relación a qué hacer, ni nadie que le escriba un elemental ayudamemoria sobre este tema en el que hasta hoy dejó hacer y dejó pasar el negocio de sus allegados. Ahora que fue puesto en evidencia, quiere que se tenga evaluada instantáneamente a toda la universidad, sin decir en absoluto para qué, puesto que no lo sabe.



LA PRIMERA

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