8.12.09

Presupuesto 2010

El presupuesto del sector público aprobado por el Congreso de la República para el año 2010 asciende a S/. 81,857 millones. El presidente del Congreso Luis Alva Castro señala que es “una buena herramienta de las finanzas públicas”. Sin embargo contiene un peligroso vacío: el esperado y justo aumento a las magras remuneraciones de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional. En ese espíritu, el Congreso hubiera revelado sapiencia y sensibilidad incorporando mecanismos graduales de incremento para los uniformados, como lo sugiere el ex ministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski. No lo hizo y perdió una oportunidad histórica de marcar un punto de quiebre en el crucial tema de la defensa nacional, y en un momento crítico en los frentes externo e interno.

El presupuesto 2010 no sólo es mayor al de 2009 y trata de promover la calidad en el gasto. Es un esfuerzo que hay que ponderar pero asimismo fiscalizar. De igual forma, trata de enfocarse en la inversión como prioridad del Estado y como instrumento para retomar el nivel de crecimiento necesario. Empero aquí también la fiscalización es clave, porque probado está que tanto en el año 2008 como en el actual, el Estado no ha sabido gastar lo presupuestado, pese a la existencia de los recursos. Un tejido burocrático complejo, unido a la inercia del sistema y además a un perverso mecanismo de control que en muchos casos cae en la duplicidad y la amenaza, explica en parte este fenómeno. Los procesos aún no afinados de la descentralización explican la otra parte.

Afiatar tales procesos deviene en indispensable, dado que el presupuesto asignado a las regiones asciende a 11,471 millones de nuevos soles, y el de los gobiernos locales a S/. 9,294 millones, además de S/. 500 millones destinados al Foniprel para el financiamiento de estudios y proyectos que tengan alto impacto en el desarrollo de las comunidades.

Es evidente que la inversión pública ha crecido de manera consistente en los últimos tres años, marcando un hito nacional. Y ello es muy importante, porque ha significado la revaloración de dicha inversión, estratégica e históricamente complementaria de la privada y, además, crucial en momentos de crisis mundial caracterizada por la retracción de los capitales privados. Gracias a la inversión del Estado, entre otros factores, el impacto de la crisis ha sido mucho menor en el Perú que en otros países.

Gastar más, con calidad y fiscalización efectiva es la meta. Sin embargo ello no se consolidará si no se proyectan y atienden las demandas puntuales de la defensa nacional, incluida naturalmente la salarial de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, y si no se enfatiza la inversión social como herramienta clave para seguir disminuyendo los índices de pobreza. Sólo así los presupuestos estimados de crecimiento serán sólidos y consecuentes con el genuino desarrollo del país.


EXPRESO

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