22.6.10

Obama y Wall Street

Oswaldo de Rivero

En una ceremonia en la Casa Blanca, donde estaban invitados destacados banqueros de Wall Street, el presidente Obama inesperadamente cambió de tema en la ceremonia y anunció sorpresivamente que iba a regular las actividades de Wall Street. Dijo que a los bancos no les será permitido hacer inversiones riesgosas con el dinero de sus clientes, que estas operaciones serían hechas por instituciones no bancarias y también bajo regulación.

Según la prensa neoyorquina los banqueros tomaron este anuncio como una traición, como una cachetada pública, inclusive cuentan, que el presidente de un gran banco dijo que era como un golpe bajo en los genitales.

Y así la relación de Wall Street con Obama pasó repentinamente de amor a odio. El amor entre Wall Street y Obama comenzó en diciembre del 2006, cuando, en una reunión privada, George Soros presentó a Obama a los banqueros de Wall Street. La reunión fue muy positiva, los banqueros salieron convencidos que Obama era un candidato inteligente, sensato y nada hostil.

Cuando Obama juró como presidente era ya pública la satisfacción de Wall Street. Los cinco principales bancos de los Estados Unidos, Goldman Sachs, Citigroup, JP Morgan Stanley y Chase habían contribuido notablemente a su campana. ¿Qué hechos cambiaron esta situación? Sin duda, fue la arrogancia de Wall Street y la influencia del asesor de Obama, Paul Volcker, el talentoso ex presidente de la Reserva Federal, que hoy preside el programa de reactivación de Obama.

Paul Volcker es un economista que no cree que los mercados se corrijan solos, y que después de la crisis emprendió una campaña solitaria para regular Wall Street. Fue tan sólo después del gran disgusto de la opinión pública americana frente a la actitud desafiante de los banqueros, de darse gratificaciones millonarias y seguir especulando con el rescate financiero del estado, que Volcker logró convencer a un indignado Obama de regular a Wall Street.

Paul Volcker redactó los parámetros de la regulación, que fue llamada por Obama, la “norma Volcker”, la cual fue introducida en un proyecto de ley que ahora ha aprobado el Senado y que tendrá que conciliarse con otro proyecto aprobado en la Casa de los Representantes.

Wall Street ha demostrado de inmediato su disgusto movilizando un ejército de lobistas y dando contribuciones a los republicanos para las elecciones del 2012.

Para muchos analistas políticos Wall Street está totalmente desconectada de la realidad, ya que la mayoría de los americanos, incluyendo a la mayoría de los republicanos, se oponen a que continué el casino de Wall Street.

Para el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, como para el notable economista,Nouriel Roubini, la regulación, tal como está redactada en el Congreso es débil, y si sale así, el sistema financiero seguirá inestable y una nueva crisis financiera es probable.

Por estas razones, según las predicciones políticas en los Estados Unidos, si Obama gana la reelección en el 2012, Wall Street, de aquí a ese año, ya habrá comprobado en la práctica que la regulación no es tan radical y que se puede seguir ganando buen dinero y se conciliarán con Obama. Pero en todo caso, el amor ya no será como antes.


LA PRIMERA

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