22.6.10

Vuvuzela fujimorista

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

Las fortalezas y debilidades de esta candidatura.

La candidatura presidencial de Keiko Fujimori ha crecido durante el último par de meses lo suficiente como para que la última encuesta nacional urbana de Ipsos-Apoyo la coloque en primer lugar, ligeramente delante del anterior puntero, Luis Castañeda, pero hasta el más ferviente fujimorista sabe que el camino futuro es muy difícil.

Según dicha encuesta, la intención de voto de Fujimori pasó, entre abril y junio, de 18% a 22%, mientras que en el mismo lapso Castañeda perdió un punto y llegó a 21%. Con un margen de error de la encuesta de +/- 2.8%, se puede hablar de empate técnico pero lo claro es que la fujimorista está en alza.

La razón evidente de ese crecimiento es la serie de hechos vinculados al terrorismo que ha ocurrido en el último bimestre, desde la liberación judicial de Lori Berenson hasta la marcha senderista en la Universidad de San Marcos, e incluyendo los treinta años que han pasado desde que Sendero Luminoso inició la lucha armada en Chuschi, Ayacucho.

Pero no se puede ser injustos pues el reconocimiento principal del repunte de la candidatura de Keiko Fujimori se les debe conceder, en realidad, a los que, a partir de esos hechos, se encargaron de hacer sonar la vuvuzela con fuerza y destreza con el fin de aprovechar para meter al arco esa bola que había quedado dando botes en el área chica. Mérito al oportunismo.

Ese ruido les conviene a dos sectores: al aprismo en su lucha contra Alejandro Toledo –a quien pretende culpar del supuesto desmadre senderista–, y al fujimorismo por su creencia justificada de que el crecimiento de la sensación de avance del terrorismo es la gasolina principal de su candidatura.

Así, el temor a una vuelta de Sendero le ha ayudado al fujimorismo a consolidar su peso político específico –equivalente a alrededor de la quinta parte del electorado–, pero lo que aún está por verse es la capacidad de crecer más allá de eso.

A favor de ese aumento podría estar la confianza en el número creciente que se está observando de los interesados en tocar en la orquesta de la vuvuzela fujimorista, desde algunas encuestadoras con preguntas absurdas hasta ciertos medios que las rebotan con entusiasmo interesado, y no pocos políticos y allegados en el gobierno actual.

En contra de la pretensión de que crezca la candidatura de Keiko Fujimori podría estar el 17% que dice que nunca votaría por ella, es decir, seis veces más que Castañeda o 50% más que Toledo. Eso apuntaría a lo que señaló hace poco Mirko Lauer en este diario: que los mismos factores que están taponeando la candidatura de Alex Kouri sean los que perjudiquen a la fujimorista. Además, la gente ya conoce el ruido de la vuvuzela fujimorista y va a ser más difícil aturdirla otra vez.



la republica

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