20.7.09

El Congreso tiene que cumplir su función

En nuestro país, la relación entre Ejecutivo y Parlamento ha sido una historia de sumisión o de confrontación. Usualmente los gobiernos han contado con mayoría en el Congreso: los que no la conseguían desde el inicio, la lograban atrayendo a miembros de otras bancadas a su campo. El único gobierno que no logró mayoría sufrió un descarado boicot de la oposición, como fue el caso de la coalición del Apra con Odría durante el primer gobierno belaundista.

Por tanto, no hay tradición de conformación de alianzas parlamentarias para apoyar una agenda de trabajo, y más bien –conscientes de lo destructivos que ellos fueron cuando eran oposición–, existe un verdadero terror en los gobernantes por no contar con mayoría en el Congreso. Así que la elección de la Mesa Directiva se convierte en un mercado persa de promesas por parte del gobierno, desesperado por no perder el manejo de la agenda.

Sin embargo, cuando el Ejecutivo está agotado, sin imaginación, sin reformas que proponer, ni soluciones a la mano, resulta contraproducente y hasta peligroso que también tenga el control del Congreso, ya que entonces no van a recibir aportes de ningún tipo: cero más cero, es cero. El último año legislativo ha sido un claro ejemplo. Tanto gobierno como Parlamento no tuvieron una agenda de trabajo y el año se desperdició.

Ahora la situación es aún más dramática en lo que respecta a la ausencia de propuestas gubernamentales. Si a esa sequía intelectual se le sumara un Congreso dirigido por un partidario que solo quiere cubrirles la espalda, el deterioro de la imagen de ambos poderes del Estado ante el ciudadano será aún más pronunciado.

El Congreso tiene que ser un complemento y un contrapeso; no puede ser simplemente un sumiso apéndice del gobierno. Por ello, la oposición tiene la obligación de formar una lista dejando de lado cualquier postura personal.

Si bien el Apra querrá hacerse la vida fácil gobernando sin dialogar ni responder incómodas interrogantes, la actitud de la oposición es inexcusable. Solo por el 'estatus’ de sentarse en la Mesa Directiva traicionan al electorado, ya que ni siquiera logran una agenda legislativa de reformas a cambio. Otro año más de un gobierno desgastado con un Congreso manso, y todos los involucrados recibirán la factura del ciudadano en las próximas elecciones

PERU 21 - FRITZ

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