22.7.09

La vigencia del NOAL

La presencia de destacados líderes del mundo en desarrollo en la ciudad egipcia de Sharm El-Sheik a mediados de julio demostró la vigencia del Movimiento de Países No Alineados (NOAL).

El NOAL nace a partir del deseo de la primera generación de dirigentes post independentistas de resguardar a sus países de la dominación de las dos principales potencias de entonces: Estados Unidos y la Unión Soviética. La conferencia de Bandung en 1955, encabezada por Sukarno (Indonesia), Nehru (India), Chou Enlai (China) y Nasser (Egipto), fue la chispa que condujo a su creación en 1961.

La Guerra Fría terminó, pero el NOAL –con 118 miembros- sigue siendo tan necesario como antes, subrayaron gobernantes presentes en Sharm El-Sheik. Evitar la dominación de una superpotencia o de un grupo de países desarrollados parece seguir siendo su fuerza motriz. No obstante, tal vez habría que reformular su imagen y misión.

“Un mundo mejor es posible y el NOAL tiene un papel fundamental para lograrlo”, afirmó el presidente cubano Raúl Castro, quien presidió el Movimiento en los últimos tres años. En tanto el presidente entrante, el egipcio Hosni Mubarak, dijo que la paz internacional está amenazada por el terrorismo, el repliegue del Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares y numerosos conflictos, en primer lugar la cuestión palestina, que motivó una declaración especial de la cumbre. Algunos gobernantes señalaron que mientras grandes potencias, como Estados Unidos y algunos países europeos, continúan teniendo o construyendo bombas nucleares amenazan a países más pequeños, como Corea del Norte, por desarrollar armas nuevas.

El impacto de la crisis financiera mundial fue motivo de preocupación en la cumbre, que reclamó la reforma del desequilibrado sistema económico mundial, dándole a las Naciones Unidas una función central y otorgándoles a los países en desarrollo una representación justa en los procesos de toma de decisiones en el FMI y el Banco Mundial.

El presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, dijo en nombre de los países latinoamericanos que los 20,000 millones de dólares que el G-8 prometió para los países en desarrollo es insignificante comparado con los dieciocho billones de dólares ofrecidos a sus bancos, más que el PNB de todos los países de África y América Latina juntos.

Los documentos adoptados por la cumbre servirán como un mapa de ruta, dijo el primer ministro de Malasia, Najib Tun Razak, quien habló por los países asiáticos en la sesión de clausura de la cumbre, y exhortó a adoptar criterios proactivos y nuevos en los próximos tres años.

La Cumbre de Sharm El-Sheik fue un estímulo para el NOAL. Queda por delante el gran desafío de trascender las prácticas de siempre y encontrar otras que ayuden a los países en desarrollo a enfrentar las numerosas crisis mundiales.

LA PRIMERA

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