24.7.09

Las dudas de fondo del humalismo ante el MRTA

Estamos alertados. En estos últimos días los peruanos hemos sido testigos del peligroso doble discurso del humalismo respecto de la subversión, lo que no puede atribuirse a simple confusión o ingenuidad de algunos de sus miembros.

En este contexto, resulta inverosímil y sumamente riesgoso para el sistema democrático que un congresista humalista, Víctor Mayorga, haya permitido que miembros de Patria Libre, un grupo de fachada del emerretismo, utilice las instalaciones del Congreso para lanzar una perorata subversiva. Peor aun, que sus invitados hayan aprovechado la ocasión para reivindicar la trayectoria y figura de un terrorista como Néstor Cerpa Cartolini, uno de los asaltantes de la residencia del embajador japonés en Lima y enemigo de la democracia.

La explicación de que no sabía quiénes eran los invitados es por demás insostenible y vergonzosa. ¿Cómo puede un congresista al que el Estado paga asesores actuar de modo tan irresponsable? Y el hecho de que su bancada salga a respaldarlo, sin asumir ninguna responsabilidad, es sumamente revelador y nos hace preguntarnos hacia dónde querría llevar el humalismo al Perú, pues es conocida su pretensión de tentar la presidencia.

A propósito de ello, el líder del movimiento, Ollanta Humala, ha tenido dos apariciones públicas ciertamente contradictorias. Por un lado, se reunió en España con nuestro laureado escritor, Mario Vargas Llosa, ante quien reiteró su supuesta vocación democrática. Sin embargo, por el otro lado, al dirigirse a un grupo de compatriotas que reside allá, ha dicho que “el MRTA y Sendero Luminoso no constituyen un problema de seguridad nacional”.

Habría que preguntarle al señor Humala, ante quién combatía cuando vestía el uniforme del Ejército y fue enviado a la selva. ¿Y quiénes son aquellos que arman emboscadas contra patrullas del Ejército y de la Policía Nacional y matan a nuestros soldados y policías? ¿Y por qué resulta tan difícil combatir al narcotráfico en el VRAE y otras zonas del país, si no es por su alianza diabólica con las fuerzas del terrorismo con las que se han asociado?

Por todo ello, como lo sabemos la mayoría de peruanos, la lucha contra los terroristas del MRTA y de SL —enemigos a sangre y fuego de la paz, el desarrollo y la democracia— sigue siendo una prioridad en cualquier programa de gobierno. Se necesita una firme voluntad política, al más alto nivel, para erradicar estas lacras, con una estrategia integral que involucre a las FF.AA. y la PNP, así como a otros sectores.

En el caso de los invitados de Mayorga, como queda dicho, lo más criticable no es que hayan estado en la cárcel, sino que persistan en promover la doctrina de confrontación y subversión que tanto daño hizo al país. Distinto sería el caso si, como ha sucedido en otros países como Colombia, España, El Salvador e Irlanda, los ex subversivos se regeneran y forman partidos genuinamente democráticos, para lo cual tendrían que abdicar de sus métodos violentistas y aceptar los principios del sistema democrático, lo que no se ha hecho acá.

En momentos en que en el Perú, quizá prematuramente, empiezan a perfilarse candidaturas con miras a la alternancia democrática del 2011, estas señales que da el humalismo son preocupantes y demandan una definición clara y directa sobre sus convicciones democráticas, que ahora, por boca de sus propios líderes, han puesto en entredicho. Esto es aun más exigible en el contexto actual donde el humalismo sigue vinculado al chavismo intervencionista, autoritario y estatizante.

EL COMERCIO

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