27.2.10

Sociedad de la información

Autor: Fritz Du Bois


Es inevitable que cuando se hace pública una denuncia, con políticos involucrados, el reflejo instintivo los lleva a cuestionar al mensajero de inmediato. “¿Quién estará detrás de esa campaña?” y “aquí tiene que haber gato encerrado” son frases de cajón de nuestros políticos. Incluso la reacción posiblemente les sale del subconsciente, ya que la mayoría de ellos nunca deja en claro el objetivo ulterior que tienen al iniciar algo. Es justamente la transparencia –o, mejor dicho, la falta de ella– la causa de conflictos entre los políticos y la prensa.

Por otro lado, la falta de transparencia también es la justificación para la existencia de actividades de espionaje, sobre la cual una comisión del Congreso, luego de casi un año y medio de publicitada investigación, no ha logrado siquiera redactar un informe mayoritario. Todo ese tiempo y dinero se fue al tacho, nada se sacó de esa comisión. Excepto para su presidente, quien logró bastante figuración. En realidad, no es sorpresa, lamentablemente, que todo el episodio alrededor de los 'petroaudios’ esté camino a ser archivado.

Todo lo cual nos tiene que llevar a insistir en que el Estado cumpla con su obligación de proveer acceso a la información. Más aún cuando la tendencia en las sociedades más desarrolladas es contar con una total transparencia en el accionar tanto de políticos como de funcionarios del Estado.

Sin embargo, hay quienes lucran con el acceso privilegiado al poder, buscando sostener reuniones en la suite de un hotel o negociar pagos. Por tanto, habrá quienes serán reacios a abrir las cortinas porque, en el momento en que eso ocurra, su valor agregado se habrá esfumado. Si bien esos personajes están condenados a la desaparición en un mundo globalizado, es muy lento el proceso de extinción, y el apego que tienen a su forma de vida retrasa el desarrollo de los peruanos.

Por ello, nos parece una excelente iniciativa que el congresista Galarreta haya presentado un portal web conteniendo su agenda diaria y detallando sus votaciones, propuestas, gastos y hasta su declaración anual de pago de impuestos. Ojalá todos los funcionarios de alto nivel en el Estado –desde el presidente hacia abajo– tuvieran ese grado de transparencia. Incluso, si todas las cuentas, agendas y contratos fueran publicados en los portales del Estado, los medios tendríamos que dirigir nuestras inquietudes hacia otro lado


PERU 21

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