24.2.10

Trogloditas vs. Sindicatos

César Lévano
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com

En el Perú, gracias al Decreto Ley 22342 de Promoción de Exportaciones no Tradicionales expedido por el régimen de Francisco Morales Bermúdez, hay empresas que hacen lo que quieren con los trabajadores. Por ejemplo, Topy Top, gran exportador textil, ha despedido, desde el 25 de febrero de 2007, fecha en que se fundó allí el sindicato, a 250 sindicalizados y a centenares de no sindicalizados.

He ahí una empresa gigante que comete cuantiosos abusos. Aparte de horarios de trabajo de 12 horas, el salario que paga equivale al mínimo: 550 soles mensuales.

Por si eso no bastara, la fábrica ha decidido rebajar el pago de cada hora extra, que era de 7 y hasta 8 soles, a 2.30. Ahora, ni trabajando 14 horas diarias logran los trabajadores un ingreso aceptable.

Obreros y obreras compensaban antes los bajos ingresos con esas horas adicionales, que, aunque significaban sacrificio físico, permitían parar la olla. Ahora en sus casas van a faltar el pan -sin libertad- y, próximamente, los útiles escolares.

Todo eso autoriza el D.L. de Morales Bermúdez.

No contenta con tales hazañas, Topy Top y sus subsidiarias agravan sus tropelías con la ausencia y manipulación de contratos, y hasta con la anulación del descanso dominical.

Hace poco, las bancadas del Partido Nacionalista y de P.P. presentaron un proyecto para derogar el Decreto antilaboral y antisocial. ¿Quiénes creen que se opusieron?

¡Acertaron! El Apra, Unidad Nacional y el fujimorismo enterraron la propuesta. Que conste en actas.

“Eduquemos a empresarios trogloditas”, declaró Mario Vargas Llosa el 2 de junio del año pasado. Aludía al sentido antidemocrático de los grandes empresarios agrupados en la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), esos que callaron frente a los robos, crímenes y abusos de Fujimori, y hasta auspiciaron su reelección.

Con torpe sorna, Ricardo Briceño, presidente de Confiep, comentó: “nos encantaría recibir clases del doctor Vargas Llosa”.

Esto no es ficción, novelista ilustre. En el Perú existe una oligarquía arcaica y tozuda que quiere reimplantar –y reimplanta, de hecho– las condiciones de trabajo del siglo XIX. Se han equivocado de siglo, pero su anacronismo tiene el auspicio del “demócrata” Alan García.

Frente a la ofensiva antilaboral del oficialismo y el empresariado reaccionario, los trabajadores textiles, encabezados por los de Topy Top, han lanzado una iniciativa realmente histórica: recolectar cien mil firmas para respaldar una iniciativa legislativa que obligue al Congreso a discutir el proyecto.

Por supuesto que me he honrado en suscribir la petición, e invito a mis amigos –y enemigos– a firmar por una medida clamorosamente justa, moderna y democrática. ¿Suscribiría Vargas Llosa la petición?



LA PRIMERA

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