2.7.09

Sistema adolescente

Por: Beatriz Boza

La adolescencia es una etapa de la vida marcada por la energía, la exuberancia y la transformación. Física, intelectual, emocional, cultural y hasta política porque se adquiere el derecho de voto. Es un proceso de búsqueda y reafirmación de identidad, de aceptación y reconocimiento. Implica enfrentarse al statu quo a la vez de querer estar a la moda y pertenecer a algo. Son tiempos de cambios, de renovación y de creación en una misma identidad.

Muchas veces, a diferencia de los padres, el empresario que quiere hacer negocios con el segmento joven sabe bien que más allá de datos socioeconómicos y fisiológicos obvios (NSE, talla, peso, etc.), solo si entiende a cabalidad el estado de ánimo, la coyuntura y aspiraciones de los adolescentes puede lograr que lo prefieran y que quieran sus productos. Es que el joven tiende a enfrentarse a la autoridad patriarcal para adoptar la autoridad del grupo; y suele rebelarse contra las normas sea de donde estas provengan para adoptar las reglas de lo que es “cool” y está de moda. Siento que algo así nos podría estar pasando como sociedad. La toma de carreteras, los enfrentamientos violentos con la policía y el paro de transportistas como manera de hacer valer reclamos sociales se están poniendo en boga, como lo podría estar de alguna manera el reclamar simplemente para ser oído y para demostrar que uno existe.

El desafío que enfrentamos como sociedad es uno de un sistema político en transición en un contexto de cambios en el mundial. La globalización de las comunicaciones, la interconexión global de grupos tradicionalmente marginados, la vitalidad de la sociedad civil, nuevos actores, redes y formas de participación ciudadana retan nuestras estructuras, prácticas y cultura tradicional de ver, entender y hacer política. De alguna manera estamos construyendo nuevas formas de vinculación e interacción social, no todas sanas, pero cual adolescentes están en ebullición y en efervescencia, en búsqueda de su identidad.

Al igual que frente al adolescente, a cada uno nos toca ver cómo nos vinculamos con un sistema político en transición, con esta nueva manera de hacer y sentir la cosa pública en el Perú. No solo es un tema de los otros, de la autoridad, de la prensa, de los políticos o para algunos de los revoltosos, sino de nosotros.

A cada peruano, desde nuestro rincón, nos toca poner todo lo que tenemos a mano para facilitar esta transición.

EL COMERCIO

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