28.6.09

Fuenteovejuna

Resulta sorprendente el aparente gesto de solidaridad asumido por el Gabinete ante los lamentables sucesos de Bagua, ya que no ha sido usual en los últimos tiempos que ese cuerpo adopte responsabilidad colectiva por sus actos. En todo caso, el Consejo de Ministros tiene todo el derecho del mundo a inmolarse por uno de sus miembros, pese a que cada día es más evidente tanto la responsabilidad que tiene la ministra del Interior en el desastroso operativo policial, así como su obstinada negativa en asumirla. Daría la impresión de que con su porfiado aferramiento al cargo se terminará llevando consigo a todo el colegiado.

Sin embargo, la preocupación de fondo que tenemos es que ese gesto también reflejaría complacencia por parte del Gabinete. Sería realmente alarmante que los ministros crean que están haciendo bien las cosas y que el país está marchando de buena manera, cuando en realidad la situación se está deteriorando. La preocupante percepción general es que el Gobierno ha perdido el impulso hace ya bastante tiempo y es por eso que la iniciativa en las regiones la están teniendo crecientemente grupos radicales, mientras que la economía aún no despega. El Gobierno simplemente parece estar cansado y no contar con agenda.

Este no es un tema nuevo y se viene arrastrando desde hace buen trecho. Fuimos el último país del mundo en implementar un plan de estimulo económico o en bajar el costo del dinero, China fue el primero y crecerá este año 8% frente a un magro 3% en nuestro caso. En materia social y en lo laboral es muy poco lo avanzado. Incluso el paquete legislativo promulgado hace ya un año sigue esperando ser implementado y se acercan nubarrones en el horizonte como una epidemia de la 'gripe porcina’ para la cual es claro que el Gobierno no está preparado.

Más aun, daría la impresión que en círculos gubernamentales ya se entró en una fase de frivolidad en el poder o de interés personal. Por ejemplo, se pone más esfuerzo en asegurar que un inversionista minero no cumpla con sus obligaciones o en que grupos de allegados mantengan el control de importantes azucareras sin tener que pagar por ellas, en lugar de desarrollar una agenda proactiva de trabajo para el Gobierno en los dos años que aún le restan de mandato.
Por ello, al margen de lo que ocurra el martes con la censura en el Congreso, el Gobierno tiene que sacudirse de esa complacencia y empezar a gobernar con un sentido de urgencia. Los dos años que aún le quedan son un período más que adecuado para implementar reformas en todos los campos y poder así recuperar el crecimiento. Pero para lograrlo se requiere que exista claridad y voluntad para actuar, empezando por la cabeza.

Así que como la situación en el país se puede fácilmente deteriorar aun más, esperamos que esta versión ministerial de fuenteovejuna sea solo un gesto de decencia y solidaridad con una colega, mas no un reflejo de aislamiento o pérdida colectiva de la realidad.

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