28.6.09

Sin miedos

Completamente desubicadas se encuentran las autoridades del gobierno boliviano encabezado por el presidente Evo Morales. Creer y querer desde el Palacio Quemado que el Estado peruano se entrometa en la línea informativa y editorial de un medio de prensa como EXPRESO, es un despropósito absolutamente descabellado e improbable. En nuestra labor periodística no recibimos injerencia alguna de grupo de poder ni de los gobiernos de turno, y mucho menos lo vamos a hacer de un régimen autoritario extranjero -sea cual sea el tinte político que profesa- que trate de amordazarnos.

Nos tiene sin cuidado si el primer mandatario de Bolivia o alguno de sus ministros se incomoda por las verdades que informamos, o por la forma como opinamos en relación a la repugnable política de entrometerse en nuestros asuntos internos que practica Morales y su gobierno a través de una permanente, dolosa y violenta injerencia antiperuana –que quiebra el ordenamiento internacional–, hecho que estamos seguros repudia también gran parte del pueblo hermano del Alto Perú, pues es producto apenas del conglomerado ideológico cocalero de izquierda boliviana y de su sector político rentado por el chavismo.

Si el canciller interino y el ministro de Defensa de Bolivia van a exigir al gobierno del Perú asumir acciones en contra de EXPRESO, porque supuestamente “ridiculizamos” al presidente Evo Morales y a sus pertinaces procacidades injuriando al jefe de Estado de nuestra nación, pues se van a dar de bruces. En el Perú estamos suficientemente ilustrados y experimentados para respetar y hacer respetar las libertades de opinión, prensa y expresión, requisitos fundamentales de una sociedad democrática y civilizada. Inclusive, en la hipótesis negada que cualquier gobernante peruano intente siquiera sugerirnos una coma, nuestra respuesta será contundente pues, que lo entiendan bien las autoridades de Bolivia, EXPRESO es un diario independiente que no recibe ni recibirá dictados de nadie.

Esto que lo sepa muy bien el presidente boliviano, quien no conoce la trayectoria de este medio de comunicación cuya vigencia frisa el medio siglo, tiempo en el cual nuestro ejercicio periodístico ha pasado por una serie de pruebas difíciles, frente a las cuales jamás hemos claudicado ni en las peores vicisitudes de la dictadura velasquista de los años setenta ni ante las amenazas (y atentados que se produjeron contra nosotros) lanzadas por el terrorismo senderista en los ochenta, ni en las peores etapas de la corrupción montesinista. La excepción fue el incordio de una negra Dirección que fugazmente se enquistó en este periódico pero que, por fortuna, fue defenestrada hace ya casi una década. Estas pruebas de la historia demuestran que la vocación por la verdad y la libertad es nuestro élan vital.

La intolerancia no pasará. Y por más que en conferencias de prensa las autoridades bolivianas se indignen o presionen al gobierno peruano para que adopte represalias contra EXPRESO, seguiremos ejerciendo la misión informativa enfrentándonos a cualquier diktat o censura, venga de donde venga, motivados siempre por nuestra convicción de practicar un periodismo libre y ajeno a los guiones oficiales de cualquier cuño. En esta casa no inventamos sandeces ni expresiones fuera de lugar, como aquellas groserías tantas veces proferidas por un político violentista como Evo Morales.

EXPRESO

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