24.9.09

‘Cabrón’

Una palabra se exclamó en el Perú en el calor del mitin político cusqueño: “cabrón”; alguna prensa llena de pureza primaveral la vio como una cebolla maldita, intrusa, un apu con tufo de ichu en sus sopas de letras partidarias. La palabrita se lo dijo Ollanta Humala, en un dos por uán, a Fujimori y García porque ambos huyeron cuando las papas quemaban en el Perú; el primero a Japón y el otro pá Colombia. Rápidamente consulto a mi madrina, o sea el Diccionario de la Lengua Española, vigésima segunda edición -a la que le faltan los dos últimos tomos porque fui coleccionista bamba-. Qué significado tiene lo “cabrón”, y que Martha Hildebrandt le prenda vela: “adjetivo coloquial. Dicho de una persona, de un animal o de una cosa: que hace malas pasadas o resulta molesto”. Entonces ¿de qué se arañan como gatitas sandungueras? Sacar el diccionario como Biblia no sólo sirve para maltratar a congresistas quechua hablantes, pe; otras se crecen como lo hizo Mercedes Cabanillas ayer: “Ollanta tiene un pobre léxico”, creyendo que el ex agregado militar tiene que ser verbalmente cultivado cual Valle Riestra; que la tía tome panadoles para que salga victoriosa de sus bemoles. Tampoco fue una mentada de madre, y menos la exageración de “Perú 21” al publicar que “baja el debate político” –qué lo resuciten, primero; al debate y de paso, a Du Bois-. Los enemis de Ollanta pisan el palito una vez más; contra todo, la Derecha ansía desprestigiar al candidato nacionalista, sin saber que regresa con más filo el bumerán, por forzado. No me importa la iguana (la palabra no llega a culebra) que profirió, me importan las ideas que hasta el momento las espero… y si están suculentas con ese ají menor, pues al fuego del paladar atraerá y que se cocine el mejor. El sétimo significado de la madrina es: “Hombre que aguanta cobardemente los agravios o impertinencias de que es objeto”. Bien ahí. Si Humala quiebra su discurso mediáticamente, y la prensa lo crucifica, y nosotros les seguimos como borregos es simplemente porque también estamos encabronados.

LA PRIMERA

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