29.9.09

Ignorancia y mala intención

Al margen de las diatribas y las provocaciones que el presidente Evo Morales sigue lanzando contra el Perú y el primer mandatario Alan García y-que por cierto- no merecen respuesta por venir de quien vienen, hay una argumentación que es preciso rechazar por falaz y por ignorante.

Es aquella que esgrime el gobierno y el mandatario boliviano al acusar al gobierno y al mandatario peruano de atentar contra las normas internacionales al dar asilo o refugio político quienes tienen procesos por delitos de lesa humanidad

Según las leyes internacionales, corresponde al gobierno que otorga el asilo calificar la condición del asilado y actuar en consecuencia. Es de una ignorancia supina o de una mal intencionalidad manifiesta, atribuir esa calificación al gobierno del cual el asilado huye, que es lo que demanda Morales. En esa misma lógica, el gobierno boliviano no puede atribuir a los ministros del ex régimen de Sánchez de Losada delitos de lesa humanidad porque esa calificación excede las jurisdicciones nacionales.

Pero no es la versación en leyes lo que caracteriza al régimen de Evo Morales, sino todo lo contrario, por lo que no llama la atención este despropósito, uno más en su larga serie de desatinos y prepotencias. Tampoco su prudencia ni su respetya que sin meditar lo que dice y sin

De otro lado, con qué autoridad moral el gobierno de Evo Morales señala que nuestro país es refugio de delincuentes, si el suyo no sólo protege sino acoge y en la cúpula del poder, a un requisitoriado por terrorismo, como es el caso de su asesor Walter Chávez. Concurrentemente, no ha sido su gobierno y el mismo Morales quienes en el momento más álgido del problema amazónico azuzaban con sus discursos y sus acusaciones una situación que tuvo tan dramático desenlace.

El Perú tiene una tradición diplomática y la está honrando. También una práctica internacional que le ha ganado el respeto de las naciones. Ese es su aval, frente a los desatinos y las ignorancias del actual gobierno boliviano que, al igual que el de su mentor Hugo Chávez, no repara en dañar la sana convivencia entre los pueblos con tal de dividir al hemisferio y lograr que gobiernos como el suyo se instalen para acabar con la democracia y las libertades.

Finalmente queda claro que las provocaciones evistas y el sentimiento antiperuano que se está alentando en Bolivia, han sobrepasado el límite de la tolerancia. Sin descender de nivel ni comprometer nuestra política exterior en este parte del mundo, debemos responder con altura pero, asimismo, con firmeza.


EXPRESO

No hay comentarios: