"Respetos guardan respetos" es un muy adecuado refrán, y por eso hizo muy bien Torre Tagle en coordinar ayer una ausencia oficial masiva a la recepción chilena por sus Fiestas Patrias.
Un mensaje claro y directo para que se acabe tanta malacrianza, desde ese lenguaraz ministro de Defensa "Pepe Cortisona" Vidal, un matoncito que indirectamente comparó a Perú con la Alemania nazi y la Rusia soviética sólo por proponer un ingenuo pacto de no agresión a toda la Unasur (no sólo era con ellos), hasta unas maniobras militares con una hipótesis de guerra bastante impertinente relacionada con el Perú.
Y eso para no recordar los excesos del ex ministro Foxley, del diputado Tarud o el desplante de la presidenta Bachelet al dejar con la mano estirada a nuestro canciller, hecho que no pasó inadvertido por La Tercera de Chile. ¡Ya estuvo bueno! Si están tan piconcitos porque hemos acudido a La Haya, sería bueno que se serenen y que recuerden cómo precipitaron esa demanda peruana con el incidente del nuevo mapa de Arica que cercenaba territorio peruano, así como con la instalación de un puesto de observación tiempo atrás. García llegó al poder con la mejor intención de recomponer las ya deterioradas relaciones con Santiago y hasta tuvo el gesto de enviar al aprista Hugo Otero de embajador allá. Pero no dejaron nunca de provocarle.
Ya está claro que con la gobernante Concertación no nos vamos a llevar bien nunca. Que ya toda esta película la vimos antes con Lagos (peleas a diario con Toledo) y con el ahora de nuevo candidato Frei (que le vendió armas a Ecuador en pleno Cenepa y siendo Chile garante), así que sólo resta esperar que ganen allá en diciembre Piñera o Marco Enríquez-Ominami (MEO) y que toda esta veterana costra de democristianos y socialistas ya se larguen a sus casas y sean reemplazados por gente joven y de otra mentalidad. Ya Chile necesita una renovación, no puede ser que sigan las mismas caras mandando allá desde 1990. Piñera es un pragmático hombre de negocios y MEO es un joven audaz, así que peor que con estos caviares de la Concertación no nos va a ir.
- Cambiando de tema, pero siguiendo en la onda electoral, va a ser interesante cómo se van a reflejar en Uruguay estas recientes declaraciones del candidato oficialista izquierdista Pepe Mujica, que le ha dicho linduras a los argentinos (tarados, paranoicos, locos, burros, etc.). Soltar esas barbaridades a tan sólo un mes de los comicios, y ante un virtual empate con el derechista Lavalle, le puede costar la carrera, aunque las relaciones argentino-uruguayas andan gélidas por el conflicto de las papeleras en el Río de la Plata (donde Montevideo tiene toda la razón). Ya al anterior presidente charrúa Batlle se le escapó por la radio que "todos los argentinos son unos ladrones".
La verdad, tras la venta de armas a Ecuador en plena guerra, y la próxima participación gaucha en estos irritantes ejercicios militares chilenos, uno tendería más bien a generalizar -injustamente por cierto, recalco- que los argentinos, por quienes nos la jugamos en las Malvinas (fácilmente Margaret Thatcher desviaba hacia el Perú uno de sus varios submarinos nucleares que apoyaban el bloqueo naval británico y deshacía legítimamente el puerto y el aeropuerto chalacos en 15 minutos a misilazos convencionales por estar nosotros abasteciendo de armas -como reactores Mirage, misiles Exocet, municiones y hasta pilotos de la FAP- a rivales suyos para matar a sus efectivos), son unos felones antes que unos dementes o unos cleptómanos.
CORREO
Un mensaje claro y directo para que se acabe tanta malacrianza, desde ese lenguaraz ministro de Defensa "Pepe Cortisona" Vidal, un matoncito que indirectamente comparó a Perú con la Alemania nazi y la Rusia soviética sólo por proponer un ingenuo pacto de no agresión a toda la Unasur (no sólo era con ellos), hasta unas maniobras militares con una hipótesis de guerra bastante impertinente relacionada con el Perú.
Y eso para no recordar los excesos del ex ministro Foxley, del diputado Tarud o el desplante de la presidenta Bachelet al dejar con la mano estirada a nuestro canciller, hecho que no pasó inadvertido por La Tercera de Chile. ¡Ya estuvo bueno! Si están tan piconcitos porque hemos acudido a La Haya, sería bueno que se serenen y que recuerden cómo precipitaron esa demanda peruana con el incidente del nuevo mapa de Arica que cercenaba territorio peruano, así como con la instalación de un puesto de observación tiempo atrás. García llegó al poder con la mejor intención de recomponer las ya deterioradas relaciones con Santiago y hasta tuvo el gesto de enviar al aprista Hugo Otero de embajador allá. Pero no dejaron nunca de provocarle.
Ya está claro que con la gobernante Concertación no nos vamos a llevar bien nunca. Que ya toda esta película la vimos antes con Lagos (peleas a diario con Toledo) y con el ahora de nuevo candidato Frei (que le vendió armas a Ecuador en pleno Cenepa y siendo Chile garante), así que sólo resta esperar que ganen allá en diciembre Piñera o Marco Enríquez-Ominami (MEO) y que toda esta veterana costra de democristianos y socialistas ya se larguen a sus casas y sean reemplazados por gente joven y de otra mentalidad. Ya Chile necesita una renovación, no puede ser que sigan las mismas caras mandando allá desde 1990. Piñera es un pragmático hombre de negocios y MEO es un joven audaz, así que peor que con estos caviares de la Concertación no nos va a ir.
- Cambiando de tema, pero siguiendo en la onda electoral, va a ser interesante cómo se van a reflejar en Uruguay estas recientes declaraciones del candidato oficialista izquierdista Pepe Mujica, que le ha dicho linduras a los argentinos (tarados, paranoicos, locos, burros, etc.). Soltar esas barbaridades a tan sólo un mes de los comicios, y ante un virtual empate con el derechista Lavalle, le puede costar la carrera, aunque las relaciones argentino-uruguayas andan gélidas por el conflicto de las papeleras en el Río de la Plata (donde Montevideo tiene toda la razón). Ya al anterior presidente charrúa Batlle se le escapó por la radio que "todos los argentinos son unos ladrones".
La verdad, tras la venta de armas a Ecuador en plena guerra, y la próxima participación gaucha en estos irritantes ejercicios militares chilenos, uno tendería más bien a generalizar -injustamente por cierto, recalco- que los argentinos, por quienes nos la jugamos en las Malvinas (fácilmente Margaret Thatcher desviaba hacia el Perú uno de sus varios submarinos nucleares que apoyaban el bloqueo naval británico y deshacía legítimamente el puerto y el aeropuerto chalacos en 15 minutos a misilazos convencionales por estar nosotros abasteciendo de armas -como reactores Mirage, misiles Exocet, municiones y hasta pilotos de la FAP- a rivales suyos para matar a sus efectivos), son unos felones antes que unos dementes o unos cleptómanos.
CORREO
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