Por: Beatriz Boza
Los padres tienen autoridad para corregir y educar a sus hijos. ¿Qué mensaje recibe el adolescente rebelde cuando ve a sus padres unidos defendiendo una prohibición? ¿Y cuando los ve discutiendo? ¿Cómo gana credibilidad la autoridad? ¿Qué legitima el uso de la fuerza y cómo lograr el cumplimiento de las normas sin recurrir al castigo?
La autoridad de la ley, el poder de la autoridad y su legitimidad son vitales para la vida en sociedad. Esta semana hemos tenido dos celebraciones institucionales importantes: los 18 años de la creación de la Sunat como entidad técnica y autónoma, diferente del MEF; y los 13 años de la Defensoría del Pueblo creada como organismo constitucional autónomo. Dos celebraciones distintas de entidades que cumplen funciones muy necesarias para nuestra sociedad.
Sin una recaudación eficaz no hay financiamiento del aparato estatal que nos permita contar con seguridad, justicia, infraestructura, salud pública, educación y condiciones básicas de gobernabilidad. Sin la defensa de nuestros derechos y el monitoreo de la acción gubernamental para garantizar que no se abuse del uso de la fuerza, nada evitaría que el Estado estuviese de espaldas a la ciudadanía para servir solo a los que ya ostentan el poder. La Sunat y la defensoría son instituciones que han sabido ganarse el respeto de la ciudadanía siendo consideradas en muchas encuestas como las más confiables.
Las diferencias entre ambas son, sin embargo, significativas. Mientras que Sunat cuenta con importantes facultades coercitivas que le permiten embargar cuentas y bienes de los contribuyentes además de pedir su insolvencia, la defensoría solo tiene fuerza moral pues no cuenta con ninguna facultad coercitiva. Ello demuestra que el sustento último de la autoridad no radica en el uso de la fuerza sino en la fortaleza moral de su actuación.
El desafío de las autoridades radica en saber ganar, como la defensoría, la credibilidad de la población al ejercer con autoridad sus funciones. Ello supone rectitud, ser ejemplo, continuidad y trayectoria institucional. De ahí que resulte tan reveladora la manera en que cada una de estas entidades ha celebrado su aniversario. Mientras que Sunat ha presentado al equipo que hoy dirige la institución, la defensoría lo ha hecho con visión histórica presentando juntos a todos los defensores que hemos tenido hasta ahora. Son pequeños detalles que reflejan cómo se ejerce el poder en el país.
EL COMERCIO
Los padres tienen autoridad para corregir y educar a sus hijos. ¿Qué mensaje recibe el adolescente rebelde cuando ve a sus padres unidos defendiendo una prohibición? ¿Y cuando los ve discutiendo? ¿Cómo gana credibilidad la autoridad? ¿Qué legitima el uso de la fuerza y cómo lograr el cumplimiento de las normas sin recurrir al castigo?
La autoridad de la ley, el poder de la autoridad y su legitimidad son vitales para la vida en sociedad. Esta semana hemos tenido dos celebraciones institucionales importantes: los 18 años de la creación de la Sunat como entidad técnica y autónoma, diferente del MEF; y los 13 años de la Defensoría del Pueblo creada como organismo constitucional autónomo. Dos celebraciones distintas de entidades que cumplen funciones muy necesarias para nuestra sociedad.
Sin una recaudación eficaz no hay financiamiento del aparato estatal que nos permita contar con seguridad, justicia, infraestructura, salud pública, educación y condiciones básicas de gobernabilidad. Sin la defensa de nuestros derechos y el monitoreo de la acción gubernamental para garantizar que no se abuse del uso de la fuerza, nada evitaría que el Estado estuviese de espaldas a la ciudadanía para servir solo a los que ya ostentan el poder. La Sunat y la defensoría son instituciones que han sabido ganarse el respeto de la ciudadanía siendo consideradas en muchas encuestas como las más confiables.
Las diferencias entre ambas son, sin embargo, significativas. Mientras que Sunat cuenta con importantes facultades coercitivas que le permiten embargar cuentas y bienes de los contribuyentes además de pedir su insolvencia, la defensoría solo tiene fuerza moral pues no cuenta con ninguna facultad coercitiva. Ello demuestra que el sustento último de la autoridad no radica en el uso de la fuerza sino en la fortaleza moral de su actuación.
El desafío de las autoridades radica en saber ganar, como la defensoría, la credibilidad de la población al ejercer con autoridad sus funciones. Ello supone rectitud, ser ejemplo, continuidad y trayectoria institucional. De ahí que resulte tan reveladora la manera en que cada una de estas entidades ha celebrado su aniversario. Mientras que Sunat ha presentado al equipo que hoy dirige la institución, la defensoría lo ha hecho con visión histórica presentando juntos a todos los defensores que hemos tenido hasta ahora. Son pequeños detalles que reflejan cómo se ejerce el poder en el país.
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