23.9.09

Chile se sigue armando

Con un ingente canon cuprífero que refleja el belicismo geopolítico del antiperuano Augusto Pinochet –convertido ahora en política de Estado–, el gobierno chileno de la Concertación sigue alentando una feroz carrera armamentista regional. Lo ratifica su permanente y numerosa adquisición de armamento –destacando la compra de sofisticados aviones F-16, submarinos franco españoles, tanques israelíes, etc.– para construir la nueva, grosera fuerza armada del subcontinente. Los varios miles de millones de dólares gastados no son, por cierto, para articular una legítima política de defensa nacional. No lo podrían ser por la magnitud de la cifra y por la tremenda desproporción entre ella y el número de habitantes chilenos, como la extensión y posición geográfica de la nación sureña.

Las adquisiciones bélicas de Chile configuran, por cierto, la clásica carrera armamentista del anacrónico biporalismo de los setenta; contraria a los países limítrofes; perjudicial a cualquier intento de integración regional o subregional; y violatoria de toda política de distensión en favor de la paz, cualquiera sea la iniciativa para aminorar las tensiones entre los países.

Con tamaña carrera armamentista como telón de fondo, la diplomacia chilena maniobra de manera altanera y prepotente –en escenarios locales e internacionales– contando inclusive con la complicidad, abierta o encubierta, de poderosos sectores de nuestro país, de gente que prefiere soslayar el intento chileno de alertar el normal intercambio comercial y humano entre naciones vecinas, subyugándolo a la voluntad de la superioridad militar y económica.

Desde EXPRESO hace tiempo que venimos denunciando la escalada armamentista chilena, de la misma manera que criticamos la intromisión sin freno de su avanzada comercial, que insiste en penetrar sectores estratégicos de nuestra economía. Así, invadiendo nuestros mercados y armándose ilimitadamente para defenderse en caso de un hipotético conflicto bélico, Chile diseña una política no de defensa sino de agresión. De eso debemos estar advertidos y prevenidos.

Nada de ingenuidad. Pero tampoco nada de prejuicio. La historia nos enseña que sería torpe ignorar la lección del pasado. Hagámonos respetar. Breguemos por una política de buena vecindad que no signifique menguas ni claudicaciones. Sólo reglas claras y perspectivas definidas.

Pero en el plano geopolítico, el horizonte de La Haya es más promisorio para el Perú. Con la fuerza de la razón vamos a recuperar el espacio marítimo del que ahora Chile abusa sin derecho alguno. Ante esa realidad es que su clase política administra las relaciones diplomáticas con el Perú, mientras sus inversiones se expanden y tratan de copar espacios claves. Mantengamos la serenidad y la visión, condiciones que nos han hecho crecer espectacularmente en estos tiempos. Y sepamos responder con inteligencia a la altivez de la que, a cada momento, hacen gala los sucesivos gobiernos de Chile.


EL COMERCIO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Su comentario y "análisis" es añejo y majadero.- Resulta risible leer en cada diario peruano, comentarios de la "carrera armamentista" de la cual Perú no es ajeno.- Si no compran mas armas, es porque no tienen los recursos para ello, pero no porque no quieran.- En el pasado, años 70-80 sus FFAA eran las mas poderosos de sudamerica y Chile nada decía, ya que no teníamos los recursos para armarnos como queríamos.-
Durante el gobierno de Pinochet sufrimos embargor de armas de todo el mundo, comprando a precio de oro en el mercado negro, para tener algo para un escenario bélico con Argentina, y el Perú tenía muchas ganas de dar un zarpazo por la espalda a Chile.-
Ahora gracias a los precios del cobre, nuestras FFAA no quieren que se repita esa situación y se han armado para un eventual conflicto en 3 frentes, por "vecinos" hambrientos de sacarnos un pedazo.- NUNCA MAS NOS PILLARÁN SI DEFENSA ADECUADA.-Saludos