28.9.09

Mistura 2009: desarrollo y explosión de sabores

Más que un simple encuentro de restaurantes, carretillas, cocineros y productores, Mistura 2009 ha ratificado una vez más el “boom” que vive la gastronomía peruana y las enormes oportunidades que aguardan a una actividad convertida ya en un nuevo eje de desarrollo económico.

Los cuatro días de apoteósica concurrencia a esta feria popular nunca antes vista en el país confirman que la cocina es, como dicen las encuestas, un valioso componente de identidad y orgullo nacional, que debemos valorar todavía más, así como a quienes forman parte de esa larga cadena productiva que está permitiendo que sea reconocida dentro y fuera del Perú.

Son manos peruanas que han sabido mirar la alta culinaria internacional para recoger las mejoras prácticas en el rubro, pero sobre todo que han logrado rescatar lo propio —nuestra tradición y riqueza costeña, andina y amazónica— para ingresar además al creativo campo de la innovación, de las misturas o fusiones de notable presentación y explosión de sabores.

Desde aquí, pues, un homenaje a todos los que hacen posible la existencia en el país de 66.000 restaurantes, dan trabajo a más de 320.000 personas, de carreras profesionales relacionadas con este rubro, que generan un ingreso superior a los S/.40.000 millones (11,2% del PBI proyectado para el presente año) y que, como ha expresado el reconocido cocinero peruano Gastón Acurio, contribuyen a la democratización, la reducción de las brechas sociales y a hacer del Perú un país mejor. Qué decir de los impactos que la cocina peruana tiene en otras industrias, desde el transporte hasta las extractivas del acero y la madera; en el turismo gastronómico, el desarrollo de los sectores agropecuario y pesquero, así como de alianzas estratégicas para fomentar prácticas ecológicas y medioambientales.

En esta lista de reconocimiento debe destacarse la feliz iniciativa de la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega), gestora de Mistura 2009, que ya ha planteado salir de Lima para fortalecer las cocinas regionales. Nada justifica que el 47% de la oferta gastronómica se halle centralizada en la capital.

Es tarea del Estado sumarse a esta ola positiva, fomentar la creación de más escuelas de cocina públicas (las que existen son privadas), impulsar el turismo gastronómico a través de Prom-Perú y sobre todo la marca Perú, aún escasamente trabajada, pese a las ventajas competitivas que ofrece. Debemos seguir el ejemplo de países como Japón, que celosamente ha restringido el reconocimiento de una marca solo a la comida de calidad.

Esto es indispensable porque aquí el 98,8% de los restaurantes no están acreditados como saludables, 80% de los trabajadores del sector labora bajo contratos informales, regímenes infames y de explotación laboral; y el 59% de los minoristas sigue perdiendo en lugar de ganar, a pesar de que sin alimentos nada de esto sería posible.

En esta hora reivindicadora, hagamos que la gastronomía tenga un desarrollo sostenido y sostenible, lo cual implica luchar contra la informalidad y el desorden, revalorar la calidad en desmedro de ciertas prácticas que dañan esa buena imagen que con tanto esfuerzo logran construir eventos como Mistura 2009.

EL COMERCIO

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