Uri Ben Schmuel
uribs@larazon.com.pe
El libraco de Guzmán debería tener la máxima difusión posible. Porque además de mostrar a un sujeto de escaso nivel intelectual, a un genocida que no se arrepiente de sus crímenes, leído con atención confirma lo que este diario ha sostenido desde hace años. Paniagua fue un tonto útil del senderismo. Abimael diseñó la CVR desde su celda en la Base Naval. SL ha usado todos los mecanismos de una democracia boba (y entre ellos en primerísimo lugar al TC) para lograr la excarcelación de la mayoría de sus cuadros.
¡Que impriman millones de ejemplares de “De puño y letra”, para que los peruanos sepan quién es quién y por qué estamos hoy como estamos!
Y ése es el tema de fondo: el andamiaje que permitió al terrorismo resurgir de sus cenizas. Que incluye, además de los citados Paniagua, TC y CVR, a las ONG derechohumanistas, a la argolla mediática de la progresía y a los fiscales y jueces que persiguen a militares y policías. Y también, por cierto, al actual gobierno. Que poco o nada ha hecho para revertir esta situación. Porque cree –y en política el peor pecado es ser ingenuo– que de esta manera los caviares no lo van a perseguir en el 2011. Craso error. Los hijos de Gramsci sueñan día y noche con un Alan García compartiendo celda con Fujimori gracias a la “autoría mediata”.
Qué importancia tiene que un paporretero del marxismo haya publicado sus “memorias” frente a los más de 50 miembros de la FFAA y PNP asesinados por el senderismo en lo que va del año. O comparado con la excarcelación de 4,500 terroristas. Y mejor no hablemos de los juicios a 200 oficiales y soldados que hoy combaten en el VRAE. O del proyecto para desaparecer la Justicia Militar. Y por supuesto, hierve la sangre de solo pensar en la sentencia del TC que prohíbe el uso legítimo y constitucional de la fuerza a las tropas que defienden la democracia. ¡Que ni siquiera pueden llamar a SL “fuerza enemiga”!
En medio de todo esto –a lo que habría que sumar el intenso proselitismo de SL en universidades, sindicatos y comunidades campesinas– cómo tantos pueden perder el tiempo en debatir respecto a lo escrito a trompicones con la gramática por un tipejo. Pero, claro, es preferible tomar el rábano por las hojas. Jugar a la política del avestruz. Cualquier cosa menos aceptar que el escenario de este 2009 es idéntico al que vivió el Perú a inicios de los ‘80. Lo hemos olvidado todo, no hemos aprendido nada.
LA RAZON
uribs@larazon.com.pe
El libraco de Guzmán debería tener la máxima difusión posible. Porque además de mostrar a un sujeto de escaso nivel intelectual, a un genocida que no se arrepiente de sus crímenes, leído con atención confirma lo que este diario ha sostenido desde hace años. Paniagua fue un tonto útil del senderismo. Abimael diseñó la CVR desde su celda en la Base Naval. SL ha usado todos los mecanismos de una democracia boba (y entre ellos en primerísimo lugar al TC) para lograr la excarcelación de la mayoría de sus cuadros.
¡Que impriman millones de ejemplares de “De puño y letra”, para que los peruanos sepan quién es quién y por qué estamos hoy como estamos!
Y ése es el tema de fondo: el andamiaje que permitió al terrorismo resurgir de sus cenizas. Que incluye, además de los citados Paniagua, TC y CVR, a las ONG derechohumanistas, a la argolla mediática de la progresía y a los fiscales y jueces que persiguen a militares y policías. Y también, por cierto, al actual gobierno. Que poco o nada ha hecho para revertir esta situación. Porque cree –y en política el peor pecado es ser ingenuo– que de esta manera los caviares no lo van a perseguir en el 2011. Craso error. Los hijos de Gramsci sueñan día y noche con un Alan García compartiendo celda con Fujimori gracias a la “autoría mediata”.
Qué importancia tiene que un paporretero del marxismo haya publicado sus “memorias” frente a los más de 50 miembros de la FFAA y PNP asesinados por el senderismo en lo que va del año. O comparado con la excarcelación de 4,500 terroristas. Y mejor no hablemos de los juicios a 200 oficiales y soldados que hoy combaten en el VRAE. O del proyecto para desaparecer la Justicia Militar. Y por supuesto, hierve la sangre de solo pensar en la sentencia del TC que prohíbe el uso legítimo y constitucional de la fuerza a las tropas que defienden la democracia. ¡Que ni siquiera pueden llamar a SL “fuerza enemiga”!
En medio de todo esto –a lo que habría que sumar el intenso proselitismo de SL en universidades, sindicatos y comunidades campesinas– cómo tantos pueden perder el tiempo en debatir respecto a lo escrito a trompicones con la gramática por un tipejo. Pero, claro, es preferible tomar el rábano por las hojas. Jugar a la política del avestruz. Cualquier cosa menos aceptar que el escenario de este 2009 es idéntico al que vivió el Perú a inicios de los ‘80. Lo hemos olvidado todo, no hemos aprendido nada.
LA RAZON
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