20.9.09

¿Cómo les paga el país a los héroes de guerra?

Los miembros de las Fuerzas Armadas y policiales saben que su vida siempre está en peligro y a veces pende de un hilo. Así lo reconocen ellos mismos el día que les imponen el uniforme, reciben el arma de su institución y adoptan los compromisos que la carrera militar y policial les demanda y exige día a día.

Lamentablemente, el heroísmo y el profesionalismo son en realidad la única recompensa que aguarda a los heroicos uniformados que ofrendan su vida por el país frente a enemigos tan salvajes como la delincuencia, el terrorismo o el narcotráfico. Y es que, en lo material y concreto, el apoyo que reciben del Estado Peruano es prácticamente nulo.

Como ha informado ayer nuestro Diario, la indiferencia hacia el soldado caído en combate y sus deudos, así como la falta de solidaridad hacia el combatiente que en el fragor de la batalla perdió órganos o extremidades es simplemente vergonzosa.

Ellos siguen esperando desde las prótesis que les permitirían probablemente caminar otra vez, hasta beneficios de salud dignos para garantizar una mejor calidad de vida. ¡Y qué decir de las prometidas políticas de capacitación y las terapias de adaptación que requieren para reinsertarse en la sociedad, afrontar su nuevo estatus y rehacer sus vidas!

Por eso, tienen razón los miembros de la Asociación de Héroes por la Pacificación Nacional en reclamar para ellos atención médica prioritaria en todos los centros hospitalarios del país, viviendas suficientes y un sepelio gratuito, más allá de los honores a los que, sin duda, tienen derecho. Sin embargo, eso no es suficiente. Es también indispensable que el Estado ponga fin a la calamitosa situación de la Caja Previsional Militar-Policial (CPMP).

Fondos similares constituyen el principal respaldo para las Fuerzas Armadas y policiales en otros países, mientras que aquí solo han servido para el enriquecimiento de una cúpula corrupta y criminal que durante el fujimorismo usufructuó con las pensiones de jubilación. Al respecto, resulta enervante que los gobiernos sucesivos no hayan sido capaces de sancionar debidamente a quienes saquearon la caja ni de revertir la crisis institucional y económica que afronta.

Respecto al caos administrativo y financiero, como lo sugieren los expertos, sería conveniente que si la CPMP no puede autorreflotarse, habría que pensar en adscribirla a la ONP o convertirla en una administradora de fondos de pensiones, bajo la supervisión de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP.

Recordemos que la caja disponía de innumerables activos, que durante décadas recogió los aportes de miles de policías y militares, muchos de ellos héroes de guerra que hoy deberían estar gozando de múltiples beneficios en recompensa por su sacrificada labor en defensa de la paz y de la patria.

EL COMERCIO

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