Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe
Racismo: la diferencia entre un medio y un gremio
El debate sobre los límites a la prensa para defender principios percibidos como positivos por la mayoría tiene relevancia por el premio que la ONG Survival le concedió al diario Correo por publicar lo que, según el jurado, fue el artículo más racista del mundo en el último año.
Andrés Bedoya Ugarteche escribió, en medio de la crisis en la amazonía, el artículo ‘Pobrecitos chunchos y otras torpezas’, el cual incluyó, entre otros comentarios, uno que seguramente convenció al jurado de quién era el ganador: “No sé qué espera Alan que no prepara a su FAP con todo el napalm necesario”.
“Este artículo es una lectura deprimente para cualquiera que piense que los periódicos deberían educar e informar”, señaló la
ONG. Bedoya reclama su ‘medallita’, pero insiste en que no es racista, aunque algunos comentarios suyos lo parezcan.
La ONG Survival no es The Columbia School of Journalism, la Nieman Foundation, ni el Pulitzer, pero eso no impide reconocer que el artículo premiado, y en particular el comentario del napalm, es lamentable. Me imagino lo que hubiera pasado si, por ejemplo, Alberto Pizango hubiera dicho algo parecido.
Aun así, lo mejor para una sociedad es que las ideas –incluso una tan deplorable como el racismo– se combata con ideas, no con insultos o hasta censuras pues, al final, son los lectores los que deben decidir su aceptación o rechazo. Cada medio debe tener libertad en su línea editorial y en los principios que defiende, incluso en algunos tan lamentables como el racismo.
Pero si la libertad de opinión debe primar en cada medio, diferente es el escenario de las entidades que aspiran a representar al periodismo en su conjunto como el Consejo de la Prensa Peruana (CPP), el cual sí debería promover y defender principios fundamentales y oponerse a las expresiones racistas en la prensa nacional. O, al menos, discrepar de ellas.
No es broma que un medio peruano gane un premio mundial por el artículo más racista. Es como eso del primer exportador mundial de cocaína. Sin dejar de proteger la libertad indispensable de un medio, los gremios sí deben defender principios y pronunciarse sobre ellos, aun cuando se presente la figura aparentemente contradictoria de que la misma persona presida el directorio del medio premiado y el CPP.
Pero esta podría ser una oportunidad para defender la libertad de expresión de un columnista y, al mismo tiempo, fijar la posición del CPP en un tema como el racismo que no puede pasar inadvertido. De lo contrario, se daría una sensación similar a si, por ejemplo, Doe Run presidiera la Sociedad Nacional de Minería.
LA REPUBLICA
alvarezrodrich@larepublica.com.pe
Racismo: la diferencia entre un medio y un gremio
El debate sobre los límites a la prensa para defender principios percibidos como positivos por la mayoría tiene relevancia por el premio que la ONG Survival le concedió al diario Correo por publicar lo que, según el jurado, fue el artículo más racista del mundo en el último año.
Andrés Bedoya Ugarteche escribió, en medio de la crisis en la amazonía, el artículo ‘Pobrecitos chunchos y otras torpezas’, el cual incluyó, entre otros comentarios, uno que seguramente convenció al jurado de quién era el ganador: “No sé qué espera Alan que no prepara a su FAP con todo el napalm necesario”.
“Este artículo es una lectura deprimente para cualquiera que piense que los periódicos deberían educar e informar”, señaló la
ONG. Bedoya reclama su ‘medallita’, pero insiste en que no es racista, aunque algunos comentarios suyos lo parezcan.
La ONG Survival no es The Columbia School of Journalism, la Nieman Foundation, ni el Pulitzer, pero eso no impide reconocer que el artículo premiado, y en particular el comentario del napalm, es lamentable. Me imagino lo que hubiera pasado si, por ejemplo, Alberto Pizango hubiera dicho algo parecido.
Aun así, lo mejor para una sociedad es que las ideas –incluso una tan deplorable como el racismo– se combata con ideas, no con insultos o hasta censuras pues, al final, son los lectores los que deben decidir su aceptación o rechazo. Cada medio debe tener libertad en su línea editorial y en los principios que defiende, incluso en algunos tan lamentables como el racismo.
Pero si la libertad de opinión debe primar en cada medio, diferente es el escenario de las entidades que aspiran a representar al periodismo en su conjunto como el Consejo de la Prensa Peruana (CPP), el cual sí debería promover y defender principios fundamentales y oponerse a las expresiones racistas en la prensa nacional. O, al menos, discrepar de ellas.
No es broma que un medio peruano gane un premio mundial por el artículo más racista. Es como eso del primer exportador mundial de cocaína. Sin dejar de proteger la libertad indispensable de un medio, los gremios sí deben defender principios y pronunciarse sobre ellos, aun cuando se presente la figura aparentemente contradictoria de que la misma persona presida el directorio del medio premiado y el CPP.
Pero esta podría ser una oportunidad para defender la libertad de expresión de un columnista y, al mismo tiempo, fijar la posición del CPP en un tema como el racismo que no puede pasar inadvertido. De lo contrario, se daría una sensación similar a si, por ejemplo, Doe Run presidiera la Sociedad Nacional de Minería.
LA REPUBLICA
No hay comentarios:
Publicar un comentario