23.1.10

Haití, una oportunidad para la equidad social

Martin Khor
Colaborador


La devastación ha horrorizado al mundo. El terremoto del 12 de enero es el último de una serie de desastres naturales y provocados por el ser humano que afectaron al país más pobre del hemisferio occidental.

En 2008, Haití fue barrido por una serie de huracanes y tormentas que destruyeron 70,000 hogares, cientos de miles de personas quedaron sin alimentos y agua potable, y se perdió gran parte del ganado y los cultivos alimenticios.

El país también ha tenido un historial de dictaduras, golpes de Estado y violaciones de los derechos humanos. Este año iban a celebrarse elecciones bajo la supervisión de las Naciones Unidas, pero ahora podrían postergarse por causa del terremoto.

Desde el siglo XIX Haití ha estado bajo el dominio de Estados Unidos. De 1849 a 1913, buques de guerra de ese país entraron 24 veces en sus aguas jurisdiccionales para “proteger las vidas y propiedades estadounidenses” y de 1915 a 1934 los marines ocuparon el territorio.

Aun antes del terremoto del 12 de enero la mayoría de los haitianos carecía de agua corriente, electricidad, saneamiento y otros servicios públicos esenciales, según Stephen Lendman, del Centro de Investigaciones sobre Globalización con sede en Montreal, Canadá.

La sociedad haitiana es muy pobre. Tres cuartas partes de la población vive con menos de dos dólares diarios y más de la mitad con menos de uno, apunta Lendman. La expectativa de vida es de 52 años y la incidencia del VIH/SIDA sólo es menor a la de los países del África subsahariana.

El Banco Mundial lo ubica como el peor país del hemisferio en materia de saneamiento, nutrición y servicios de salud. Más de la mitad de los haitianos padecen inseguridad alimentaria y la mayoría de los niños tienen un tamaño por debajo de lo normal a causa de la desnutrición, casi el 40% no asiste a la escuela y menos del 20% de las personas de más de 15 años sabe leer y escribir.

También es desigual. Según Lendman, el 1% de los haitianos controla la mitad de la riqueza y el 5% posee el 75% de la tierra cultivable, mientras que seis familias controlan la producción industrial y el comercio.

Es el país menos preparado para manejar un desastre natural como el terremoto que lo azotó la semana pasada. Quizás esta última devastación pueda dar lugar a una sociedad mejor organizada y con mayor equidad social, que pueda enfrentar mejor futuras crisis. Haití se lo merece.



LA PRIMERA

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