22.1.10

Logro sanitario en zonas altoandinas

Es sin duda enorme el mérito de la primera dama, Pilar Nores de García, cuya labor, enmarcada en las políticas sanitarias del país, ha logrado reducir en un 55% la incidencia de enfermedades diarreicas en la población infantil de las zonas altoandinas del país. Con un trabajo tesonero pero discreto, girando alrededor del eje de la participación de la propia población beneficiada, la esposa del jefe del Estado ha conseguido articular diversos esfuerzos sectoriales que unidos al del contingente humano y profesional que ella lidera personalmente, han hecho posible reducir un índice que significa en la práctica miles de vidas salvadas.

Este extraordinario avance en la salud de la infancia del medio rural más apartado y pobre del país se suma a otros avances también significativos en mortalidad infantil, en donde ya hemos alcanzado una de las metas del milenio así como en desnutrición crónica, además del incremento de las tasas de vacunación cuyo esquema se ha visto potenciado a partir del año 2009 con la vacuna contra el neumococo. Sin embargo, aún queda mucho por hacer debido a las enormes carencias de las comunidades rurales, a la deficiente infraestructura de salud y a las inclemencias propias del clima. En ese sentido, la neumonía sigue siendo en las regiones del sur un azote contra el que luchar a través de la prevención fundamentalmente. El Aseguramiento Universal, iniciado ya en los tres departamentos más pobres del Perú, Ayacucho, Apurímac y Huancavelica, es la herramienta para que esa batalla sanitaria integral sea ganada.

La participación del propio poblador rural ha sido clave en el logro alcanzado y en ese empeño, la figura de la señora Pilar Nores de García juega un rol importante, promoviendo la integración comunal, favoreciendo la coordinación con los sectores involucrados, estimulando la articulación entre los niveles nacional, regional y local, alentando la formación de los agentes comunitarios de salud y dando, con su presencia, un empuje permanente a la acción sanitaria. Una presencia constante pero discreta, allí en el seno mismo de las comunidades rurales, compartiendo y facilitando la participación y la vigilancia ciudadana.

Es digno de resaltar el ejemplo que la Primera Dama da con su trabajo promotor y su gesto ético y austero. Alejada de las frivolidades del poder prefiere pasar muchas jornadas laborando silenciosamente en las comarcas más pobres y olvidadas del país. Estos resultados son una prueba feliz de que la conjunción del esfuerzo multisectorial gubernamental con un liderazgo personal efectivo y enterizo, puede lograr revertir las tendencias que la pobreza y la pobreza extrema marcan en el gravitante campo de la salud.


EXPRESO

No hay comentarios: