23.5.09

El nuevo perfume de Christian Meier

Un mega panel en la Curva, Chorrillos, muestra el nuevo perfume de Christian Meier, cuando yo sólo huelo a cáscara de naranja, regresando a casa en medianoche del gallo loco. Abajo, una manada de mototaxis, esperando a los pasajeros para llevarlos a San Genaro o Guardia Civil. Mis labios están frescos y la gasolina serpentea como una cobra en las suelas de los zapatos. Los puños como nudos, prestos a reaccionar ante cualquier ataque callejero. Las piezas de ajedrez se elevan en la cima de la tabla con un trasfondo de Cerro San Cristóbal, como un tapiz. Igual, me vale un autógrafo de Kenji. “Qué decir de la Historia si es licencia poética / Decir que se repite, que el incesante error / De los vencidos se repite, que el Poder del Imperio se repite?” (Hinostroza, Rodolfo, “Contranatura”, 1971). Los jaladores habitan calles desoladas. Los perros corretean vacíos platos de salchipapas. Las vendedoras ambulantes de hamilton son rozadas peligrosamente por los colectivos. Semáforos intermitentes burlados por algún volante imprudente. El pasaje cuesta más pero yo los masco a las 11:59. Los tripulantes determinan los puntos de bajada: “bajo en el muro verde”; “baja reja”; “bajo en la piedra del Papa”. Los paraderos deteriorados tienen la higiene de la clase política. Cabezas retumbando contra la ventana. Salivas columpiándose por los aires y recuperados por un slurp de fetuccini. Puentes dentales a la vista y paciencia del cobrador. Veo estrellas que cubren el Santa Mónica y la coronan como a una virgen en celo. Las bancas agujeradas y un trozo de popó me devuelve la misma imagen de esta escena de película malapalabrera: Un mega panel en la Curva, Chorrillos, muestra el nuevo perfume de Christian Meier.

LA PRIMERA

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