28.5.09

Pedro Navaja

Los invitados al Encuentro Internacional Libertad y Democracia, en Caracas, pudimos apreciar ayer la manera tan sofisticada como el régimen de Hugo Chávez debate las ideas con las que no concuerda. A lo largo de toda la mañana, simpatizantes del gobierno se colocaron frente a la puerta del hotel donde se realiza el evento gritando insultos, circulando panfletos, llamando “gusanos” y “peseteros” a los participantes. Curiosamente, también tocaban música tropical a todo volumen por unos enormes altoparlantes, como si el ensordecedor ruido pudiera ahogar la generación de propuestas.

Luego retuvieron al organizador del evento, Mario Vargas Llosa, a su arribo al aeropuerto, y nuevamente lo detuvieron al pasar la aduana, revisando por más de una hora su equipaje, documentos, cartas y poesía en el cuarto donde –paradójicamente– revisan a los sospechosos de traer contrabando. No podemos sino suponer que los agentes buscaban evidencia de que se estaba llevando a cabo una importación prohibida de ideas.

En realidad, con esos intentos intimidatorios efectuados a la vista y paciencia de la prensa mundial, lo que ha logrado el gobierno venezolano es poner en la primera plana de todos los diarios un evento académico que, sin su acción, no hubiera generado mucha atención. Más aún, falta todavía una marcha 'chavista’, así como cuatro días consecutivos de Aló presidente, esa peculiar forma que tiene Chávez de dirigirse a sus partidarios a través de larguísimos monólogos que se difunden vía el canal estatal de televisión. Por lo que, al final de la semana, es muy probable que hayan logrado crearle al encuentro una sensacional fama internacional.

Por otro lado, es difícil pensar que tan torpe muestra de intolerancia haya sido improvisada. Creo que, al hacerlo, estaban intentando intimidar a la oposición –si así tratan a un escritor de talla mundial, qué no le harán a un desconocido opositor local– y, al mismo tiempo, congraciarse con sus partidarios, para quienes no tiene ningún sentido, como hemos claramente visto, perder el tiempo debatiendo. Sin embargo, me parece que les podría salir el tiro por la culata pues la notoriedad que está adquiriendo este incidente podría despertar y motivar a una oposición que, luego de la derrota en el referéndum, había caído en una profunda depresión. Así que… el que a hierro mata… a hierro termina.

PERU 21

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