14.1.10

Ofensiva antisindical aprista

César Lévano
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com


El aprismo, derrotado en el campo sindical, pretende recuperar terreno, a balazos como en construcción civil, o mediante la creación de sindicatos paralelos y los despidos, como en el caso del Sindicato de los Trabajadores del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa).

Allí, la temeridad sectaria ha llegado hasta el despido del secretario general del sindicato, ingeniero Alaín Collazos Garay.

Este último abuso es la culminación de una serie de despidos, que se han ensañado con profesionales calificados, para reemplazarlos con apristas con carné y sin honestidad.

En Pronaa, en marzo y abril de 2007, despidieron a 20 afiliados al sindicato.

Luego se produjeron allí otros despidos graves. Fue cuando el sindicato publicó en El Comercio, el 2 de abril de 2007, la primera denuncia sobre irregularidades en la institución. Se refería a mal procedimiento en el procesado de papilla por un proveedor e incumplimiento en las condiciones de entrega de este producto.

La represalia fue inmediata. Se despidió a dos dirigentas del sindicato: la ingeniera María Nela Maguiña Calderón, secretaria de defensa, y la ingeniera Patricia Dávila Tasaico, de la comisión negociadora.

Los dirigentes sindicales remitieron a Carmen Vildoso, entonces ministra de la Mujer, un documento en que demostraban irregularidades en un convenio firmado por Pronaa con el Programa Mundial de Alimentos para la adquisición de alimentos, dado que la institución cuenta con especialistas en compras de la naturaleza requerida.

¡Para qué movieron el asunto! El resultado fue una nueva ola de despidos. Con una particularidad, los lanzados a la calle, en Lima y en provincias, ¡qué casualidad! son afiliados al sindicato.

El Apra ratifica así su condición de partido antisindical, con razón repudiado por las bases de obreros y profesionales.

Hace pocos meses fui a Vitarte, ese que fue bastión del movimiento obrero temprano en sus aspectos sindicales, políticos y culturales. Juan Híjar, hijo de uno de los más probados luchadores textiles, me dijo que su padre, de filiación anarquista, fraterno compañero de mi padre, le dijo un día: Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui cosecharon lo que los obreros anarquistas habían sembrado.

Lo reconoció el fundador del Apra, cuando expresó, en la Asamblea Nacional de Sindicatos Apristas, el 6 de junio de 1946:

“Obreros fueron los que desde los años precursores de las Universidades Populares González Prada dieron aliento y respaldo a este resurgir del Perú social que hoy vemos orgánicamente concretado en un Partido poderoso”.

Alan García ha arrojado por la borda la gratitud del Apra hacia el sindicalismo.

Los sindicatos del sector público deben por eso unirse y luchar por el restablecimiento de los derechos conculcados y por la reposición de los despedidos.


LA PRIMERA

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