UNA BAHÍA NATURAL DE ALTO POTENCIAL TURÍSTICO
Por: Carlos Borda Pinilla Analista
El distrito de Aucayama (Huaral) proyecta crear espacios públicos para bañistas, tablistas y pescadores, en la costa que posee en el cerro Pasamayo. Asistido por ONG ambientales, se ha determinado que las costas que van desde Ancón hasta Chancay poseen lo que podría llamarse una geografía especial única en el mundo dada la altura del cerro Pasamayo con respecto al nivel del mar, lo que permite que las aves marinas y los peces abunden en este litoral apto para la pesca artesanal, deportiva e incluso para los observadores de aves.
Lo increíble es que el alcalde de Ancón —quien posee todos los elementos para aprovechar estas condiciones, ya que este balneario ofrece infraestructura y servicios para desarrollar dichas actividades— se deje cautivar por el canon ofrecido por una empresa que pretende construir un muelle en plena bahía, la cual, al igual que la de Paracas, no tiene una circulación adecuada de sus aguas, porque la corriente del sur crea una especie de remolino y contracorriente que hace que todos los desperdicios generados por el puerto vayan hacia el balneario. Mientras en Paracas construyen hoteles de cinco estrellas, en Ancón se pretende construir un puerto personal.
Las autoridades de Ancón citaron a los vecinos y a los funcionarios de la empresa Santa Sofía, vinculada al Grupo Romero. Lo que se escuchó decir al gerente de Relaciones Interinstitucionales, Luis Román, fue indignante: “Es innegable que habrá un impacto ambiental, también más bulla, más camiones circulando, etc. Esto se iniciará con la construcción del puerto y seguirá mientras operemos aquí”, zanjó.
Lo increíble y poco coherente es que el Gobierno acepte este proyecto, cuando hoy planifica espacios públicos descontaminados en la Costa Verde, proyecto en el cual planea invertir millones de dólares para crear lo que Ancón ofrece de manera natural.
Pero hay alternativas. Desde una visión a largo plazo, Ventanilla tiene mucha costa que no posee protección contra las olas y, por ende, no es un espacio público para bañistas. Estas son las playas que merecen ser los nuevos espacios públicos, si se construye un rompeolas y un megapuerto, sin afectar a nadie, ya que la corriente llevaría mar adentro cualquier contaminación. Lo más probable es que esto tenga un mayor costo, pero dado que se crearía un espacio público para todos también el Gobierno podría colaborar y así dinamizar la economía. No seamos mediocres ni malogremos algo que la naturaleza nos dio solo por ahorrar. Esa razón no es suficiente para los ciudadanos que queremos realmente a nuestro país y que estamos dispuestos a defenderlo contra este tipo de empresarios inescrupulosos.
EL COMERCIO
Por: Carlos Borda Pinilla Analista
El distrito de Aucayama (Huaral) proyecta crear espacios públicos para bañistas, tablistas y pescadores, en la costa que posee en el cerro Pasamayo. Asistido por ONG ambientales, se ha determinado que las costas que van desde Ancón hasta Chancay poseen lo que podría llamarse una geografía especial única en el mundo dada la altura del cerro Pasamayo con respecto al nivel del mar, lo que permite que las aves marinas y los peces abunden en este litoral apto para la pesca artesanal, deportiva e incluso para los observadores de aves.
Lo increíble es que el alcalde de Ancón —quien posee todos los elementos para aprovechar estas condiciones, ya que este balneario ofrece infraestructura y servicios para desarrollar dichas actividades— se deje cautivar por el canon ofrecido por una empresa que pretende construir un muelle en plena bahía, la cual, al igual que la de Paracas, no tiene una circulación adecuada de sus aguas, porque la corriente del sur crea una especie de remolino y contracorriente que hace que todos los desperdicios generados por el puerto vayan hacia el balneario. Mientras en Paracas construyen hoteles de cinco estrellas, en Ancón se pretende construir un puerto personal.
Las autoridades de Ancón citaron a los vecinos y a los funcionarios de la empresa Santa Sofía, vinculada al Grupo Romero. Lo que se escuchó decir al gerente de Relaciones Interinstitucionales, Luis Román, fue indignante: “Es innegable que habrá un impacto ambiental, también más bulla, más camiones circulando, etc. Esto se iniciará con la construcción del puerto y seguirá mientras operemos aquí”, zanjó.
Lo increíble y poco coherente es que el Gobierno acepte este proyecto, cuando hoy planifica espacios públicos descontaminados en la Costa Verde, proyecto en el cual planea invertir millones de dólares para crear lo que Ancón ofrece de manera natural.
Pero hay alternativas. Desde una visión a largo plazo, Ventanilla tiene mucha costa que no posee protección contra las olas y, por ende, no es un espacio público para bañistas. Estas son las playas que merecen ser los nuevos espacios públicos, si se construye un rompeolas y un megapuerto, sin afectar a nadie, ya que la corriente llevaría mar adentro cualquier contaminación. Lo más probable es que esto tenga un mayor costo, pero dado que se crearía un espacio público para todos también el Gobierno podría colaborar y así dinamizar la economía. No seamos mediocres ni malogremos algo que la naturaleza nos dio solo por ahorrar. Esa razón no es suficiente para los ciudadanos que queremos realmente a nuestro país y que estamos dispuestos a defenderlo contra este tipo de empresarios inescrupulosos.
EL COMERCIO
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