29.11.08

El Gran (y difundido)Hermano

En 1948, al final de una vida aventurera que lo llevó a varias ciudades, entre ellas la Barcelona de la Guerra Civil Española, George Orwell terminó de escribir su novela El último hombre en Europa.

Retirado en la isla de Jura, en Escocia, Orwell había imaginado una pesadilla futurista. La novela contaba la historia del funcionario de un gobierno, Winston Smith, que trabajaba en el Ministerio de la Verdad. Radicado en Londres, en uno de los tres continentes que quedan, 'Oceanía’, que alguna vez se llamó 'Inglaterra’, Smith sufre el acoso del gobierno.

Las peripecias de Smith ocurren en el interior de un estado policial que vigila permanentemente a sus súbditos y los regenera en base a las torturas (la de las ratas hambrientas es especialmente salvaje) en el 'Ministerio del Amor’. Todos los movimientos de Smith y de su pareja, Julia, son vigilados por el ojo central de 'el Gran hermano’.
Cuando el editor recibió el manuscrito de Orwell, decidió ponerle de título 1984, año en el que la obra estaba ambientada.

La cifra, además, invertía las cifras del año en el que se publicaba. El título fue tomado como una predicción. En esa Europa que asistía a la consolidación de Stalin se avizoraba que el triunfo de un Estado centralista, que vigilaba a sus súbditos a través de un 'Gran hermano’, podía cumplirse en ese año.

1984 llegó y el mundo era muy distinto a como Orwell (que murió en 1850) lo había avizorado. Fue parte, más bien, de una época de expansión del sistema capitalista y de declive de las tesis estatistas que culminaría en la caída del Muro, en 1989.

Hoy, sin embargo, en un universo más caótico del que imaginó, su predicción de algún modo se ha cumplido en el Perú. El ojo del gran hermano que vigila a los ciudadanos puede comprarse o alquilarse en el mercado. Hay varias empresas clandestinas que ofrecen sus servicios de chuponeo.

Orwell no imaginó que los ciudadanos no serían solo víctimas, sino también autores de un ojo vigilante. En estas semanas no han sido los miembros del gobierno quienes vigilaban a los ciudadanos, sino al revés: nosotros nos hemos enterado de las corruptelas del poder.

Me parece muy bien que, en este caso, 'el Gran hermano’ hayamos sido todos. Pero, en el futuro, saber que podemos vigilar y ser vigilados definirá el mundo, para bien y para mal.
PERU21

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