Somos probablemente el único país del mundo donde a los pocos meses que asume sus funciones un presidente nos dedicamos a especular sobre los candidatos a los próximos comicios, con encuestas de popularidad y todo. Pero esta vez vamos camino a superar el récord, porque se ha empezado a hablar no del 2011 sino ¡del 2016!
Para esas elecciones ya tenemos al menos un aspirante: Alan García, según él mismo lo ha admitido. En entrevista aparecida este jueves en el diario insignia de un conglomerado mediático (que ha aprovechado el “petroescándalo” para acometer una limpieza étnica en que las víctimas han sido los caviares y un director que resultó ser muy díscolo), García ha dicho que le gustaría ser por tercera vez presidente del Perú.
Y, hay que reconocerlo, es inusual este tipo de franqueza en un político. Sobre todo en uno que el 23 de noviembre de 1989 se comprometió en una entrevista periodística a no volver a ser candidato presidencial nunca más en su vida. “De ninguna manera volveré a ser candidato. De ninguna manera. Puedo ser el secretario general del partido, el presidente de la comisión política, activista del partido o funcionario internacional del Movimiento No Alineado, pero de ninguna manera candidato”, dijo García hace 18 años, once meses y veintiocho días.
Está muy bien pensar en la historia y no en la quincena, y soñar con ser el presidente del bicentenario, aunque proyectarse así pueda parecer a algunos excesivo. Asumiendo que el “petroescándalo” quede encapsulado a nivel de “escandalete” y no llegue a tocar las puertas del despacho presidencial (las de Palacio ya las ha rozado, según muestran algunos “petromail”), existe todavía un escollo, que hemos mencionado aquí varias veces.
Y ése no es otro que el tema de los derechos humanos. Los caviares y sus ONG se la tienen jurada a García y hace tiempo afilan cuchillos para cuando culmine el “megajuicio” a Fujimori. Y si al ex presidente lo condenan con las “pruebas” mostradas hasta ahora (“fulano le comentó a mengano que zutano escuchó que perengano dijo que Fujimori sabía”) pues el actual mandatario se las verá negras cuando baje al llano y tenga que defenderse de lo ocurrido en El Frontón, Cayara y Lurigancho.
Pero supongamos que las cosas le funcionan a García como él quiere (lo que suele ocurrir con frecuencia) y la “inquisición” que menciona en su entrevista de lanzamiento le sirve para construir su propio andamio de cara a la tercera campaña a la presidencia ¿A quiénes enfrentaría en ocho años? He aquí un interesante ejercicio de futurología. Quizá alguna encuestadora coja el guante y pregunte en el siguiente sondeo: “¿Por quién votará usted en el 2016?”.
Para esas elecciones ya tenemos al menos un aspirante: Alan García, según él mismo lo ha admitido. En entrevista aparecida este jueves en el diario insignia de un conglomerado mediático (que ha aprovechado el “petroescándalo” para acometer una limpieza étnica en que las víctimas han sido los caviares y un director que resultó ser muy díscolo), García ha dicho que le gustaría ser por tercera vez presidente del Perú.
Y, hay que reconocerlo, es inusual este tipo de franqueza en un político. Sobre todo en uno que el 23 de noviembre de 1989 se comprometió en una entrevista periodística a no volver a ser candidato presidencial nunca más en su vida. “De ninguna manera volveré a ser candidato. De ninguna manera. Puedo ser el secretario general del partido, el presidente de la comisión política, activista del partido o funcionario internacional del Movimiento No Alineado, pero de ninguna manera candidato”, dijo García hace 18 años, once meses y veintiocho días.
Está muy bien pensar en la historia y no en la quincena, y soñar con ser el presidente del bicentenario, aunque proyectarse así pueda parecer a algunos excesivo. Asumiendo que el “petroescándalo” quede encapsulado a nivel de “escandalete” y no llegue a tocar las puertas del despacho presidencial (las de Palacio ya las ha rozado, según muestran algunos “petromail”), existe todavía un escollo, que hemos mencionado aquí varias veces.
Y ése no es otro que el tema de los derechos humanos. Los caviares y sus ONG se la tienen jurada a García y hace tiempo afilan cuchillos para cuando culmine el “megajuicio” a Fujimori. Y si al ex presidente lo condenan con las “pruebas” mostradas hasta ahora (“fulano le comentó a mengano que zutano escuchó que perengano dijo que Fujimori sabía”) pues el actual mandatario se las verá negras cuando baje al llano y tenga que defenderse de lo ocurrido en El Frontón, Cayara y Lurigancho.
Pero supongamos que las cosas le funcionan a García como él quiere (lo que suele ocurrir con frecuencia) y la “inquisición” que menciona en su entrevista de lanzamiento le sirve para construir su propio andamio de cara a la tercera campaña a la presidencia ¿A quiénes enfrentaría en ocho años? He aquí un interesante ejercicio de futurología. Quizá alguna encuestadora coja el guante y pregunte en el siguiente sondeo: “¿Por quién votará usted en el 2016?”.
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