21.11.08

La opción acertada

Puestos a escoger entre asociarse o no con China, que va camino a ser la primera economía mundial, la respuesta es más obvia que nunca

Por: Jaime de Althaus Guarderas

La realización del APEC 2008 en el Perú puede ser leída también como un premio a 17 años de persistencia en unas políticas económicas que están cambiando la faz del país. El Perú puede empezar a tutearse con economías asiáticas que vienen creciendo a tasas altas y sostenidas desde hace tres décadas o más porque nuestro país ha iniciado --aunque con tardanza-- ese mismo camino.


Una reunión como esta pone en evidencia el acierto fundamental de haber optado claramente por la apertura y la globalización. Puestos a escoger, por ejemplo, entre asociarse o no asociarse con la China, que va camino a convertirse en la primera economía mundial dentro de unos 20 años, la respuesta es en estos días más obvia que nunca.


Y ese también es el ánimo de la población. Según la última encuesta de Apoyo, un 73% considera que la inversión extranjera es positiva para el país, y solo un 20% que es negativa. Y un 71% considera que el libre comercio es positivo.


Por lo demás, un 83% rechaza los bloqueos de carreteras.


Ni siquiera la crisis financiera internacional puede sembrar dudas acerca del camino escogido. Ya hemos visto en la reunión de los 20 grandes el sábado pasado, que reúne al 80% del PBI mundial, cómo junto con anunciar una serie de reformas al sistema financiero mundial, a fin de prevenir una nueva crisis como la actual, los 20 países reconocen que "estas reformas únicamente tendrán el éxito si están firmemente fundamentadas sobre un firme compromiso con los principios del libre mercado, incluyendo el imperio de la ley, el respeto por la propiedad privada, el comercio y las inversiones libres en los mercados competitivos y se apoyan sobre unos sistemas financieros eficientes y eficazmente regulados".


Lo que significa que luego de esta crisis el capitalismo global saldrá más afiatado e integrado que nunca. La crisis habrá sido, así, un salto hacia delante que el Perú aprovechará en la medida en que mejore aun más su competitividad y se integre mejor.


Países cercanos, en cambio, que disfrutaron de los excesos del capitalismo mundial exportando petróleo o gas a buen precio, ahora, con menores ingresos y sin inversión ni desarrollo real, van a ninguna parte, por no decir al despeñadero económico, entonando, eso sí, con gran alegría, el himno de la demagogia de la expulsión de empresas, el rechazo a los TLC y el socialismo del siglo XXI. Da pena.

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