24.11.08

Ultimátum de la FIFA al IPD y la FPF vence hoy

Por Guillermo Oshiro

Los últimos serán los primeros, Perú lo sabe bien. De ser el colero absoluto de las Eliminatorias sudamericanas a pasar a ser el primer país desafiliado de esta parte del continente depende ya de apenas unas horas. Lo que la selección no pudo hacer en la cancha lo hicieron Manuel Burga y su terquedad, bien asistido por sus enemigos para coronarnos como los primeros 'outsiders'.


Cuando la FIFA decida sancionarnos hoy por injerencia gubernamental en la federación, algo que no tiene parangón en esta zona del mundo acostumbrada al 'fair play', o mejor dicho a la postura servil y conciliadora, el fútbol peruano empezará a escribir su propio destino en otros estadios.


Las sanciones que mayoritariamente tenían pasado en África o Asia --Somalia, Madagascar, Kenia, Kuwait, Yemen, Macao-- ya no distinguen a los grandes de los chicos, ya no existen concesiones.


Hace poco, apenas en setiembre, el Gobierno Polaco decidió intervenir la asociación de fútbol de su país y pretendió nombrar a un comisario para remover la cúpula directiva de su federación, pero ante la amenaza de la FIFA dio marcha atrás --por segunda vez en dos años-- y aceptó que se convocaran elecciones, tal como estipulaba el reglamento de su propia asociación. Con el nombramiento de Grzegorz Lato se dio por finalizado el conflicto.


El otro caso europeo en esta lista negra incluye a Grecia, que dos años después de ganar la Eurocopa 2004 fue sancionada por intromisión política. Ocho días duró la suspensión, pues el Parlamento griego aprobó una enmienda en su legislación deportiva para adecuarse a los estatutos de la FIFA.


España también estuvo al borde del conflicto con Zúrich debido a que su gobierno quiso convocar elecciones en la Real Federación Española por no haber clasificado a Beijing 2008, tal como lo hizo con sus otras federaciones. "El comité de urgencia de la FIFA se puede reunir en seis horas por vía electrónica para suspender a España", amenazó Blatter.


Si no queda claro el peso que tiene la FIFA, el suizo se jacta de sus logros. "En Portugal, una carta fue suficiente para cambiar un artículo de la ley del deporte. En Grecia, en cambio, suspendimos a la federación", recordó.


Enfrentar a la FIFA en su cancha es empezar el partido 0-3 abajo. Por más resistencia que uno haga, en 90 minutos, dos meses o tres años, el resultado ya tiene un ganador.

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