La Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Asia Pacífico APEC evacuará hoy una Declaración Final que, esperamos, sirva de horizonte a todos sus miembros para la buena marcha de sus economías.
Perú ha sido el anfitrión de la versión 2008, pero en relación a nuestro frente interno sería conveniente también que todos y cada uno de los presidentes regionales de nuestro país se sientan atraídos por ese documento a fin de que no sólo lo vean como algo lejano sino como referente inmediato para sus tareas de gobierno. Igual interés deberían poner los alcaldes provinciales y distritales.
En medio de las actividades del APEC y del ABAC (Apec Business Advisory Council), cabe destacar la buena iniciativa del presidente de la Región de Huancavelica, Federico Salas, al proponer interesantes proyectos de inversión a empresarios canadienses. Por supuesto que otros presidentes regionales también tienen ideas claras, pero ello no es suficiente. Se requiere mayor compromiso y más conocimiento de las ventajas del APEC. Este foro no ha sido una cita exclusivamente limeña sino una plataforma útil a todas las regiones del país. Bajo este criterio, resulta oportuno que los gobernantes regionales se involucren más en el mensaje de la Cuenca del Pacífico, que se basa en la integración de los mercados que proponen una economía abierta, reducción de aranceles, firma de tratados de libre comercio bilaterales, eliminación de trabas burocráticas, y cero proteccionismo.
Para nadie es secreto que desde que el Perú ingresó al APEC el año 1998, los beneficios de este modelo de inserción en la globalización han traído más desarrollo para nuestro país. Y si hace diez años hubiéramos escuchado a los agoreros de siempre –aquellos que pregonan la quiebra y desaparición de empresas peruanas si estas compiten con sus homólogas del extranjero– en este momento estaríamos con serios problemas de atraso, falta de empleo y disminución del nivel de exportaciones, entre otras lacras que lamentar.
De manera que nuestro llamado a las regiones se basa en fundamentos realistas. Si los líderes políticos, empresariales y populares de cada región entienden que la crisis financiera internacional abre una serie de oportunidades; y si comprenden que, en ese amplio escenario, el Perú tiene un potencial rico en posibilidades, entonces verán con confianza que sí podemos proyectar nuestra economía exitosamente. Es el momento de ponerse a trabajar junto a tailandeses, coreanos, japoneses, taiwaneses, norteamericanos, australianos, chinos, etc. Por ello los gobiernos regionales deberían estar al lado del sector privado de sus respectivas circunscripciones, con la mente puesta en colocar sus productos en el exterior.
Preparémonos para conectarnos con los socios de la Cuenca del Pacífico. Por ejemplo repliquemos en las regiones lo que hace una institución como Adex a través de su Centro de Idiomas, donde se enseña a pequeños y medianos empresarios los idiomas del Asia, a fin de que puedan negociar exitosamente la venta de sus productos. La ruta está trazada.
Perú ha sido el anfitrión de la versión 2008, pero en relación a nuestro frente interno sería conveniente también que todos y cada uno de los presidentes regionales de nuestro país se sientan atraídos por ese documento a fin de que no sólo lo vean como algo lejano sino como referente inmediato para sus tareas de gobierno. Igual interés deberían poner los alcaldes provinciales y distritales.
En medio de las actividades del APEC y del ABAC (Apec Business Advisory Council), cabe destacar la buena iniciativa del presidente de la Región de Huancavelica, Federico Salas, al proponer interesantes proyectos de inversión a empresarios canadienses. Por supuesto que otros presidentes regionales también tienen ideas claras, pero ello no es suficiente. Se requiere mayor compromiso y más conocimiento de las ventajas del APEC. Este foro no ha sido una cita exclusivamente limeña sino una plataforma útil a todas las regiones del país. Bajo este criterio, resulta oportuno que los gobernantes regionales se involucren más en el mensaje de la Cuenca del Pacífico, que se basa en la integración de los mercados que proponen una economía abierta, reducción de aranceles, firma de tratados de libre comercio bilaterales, eliminación de trabas burocráticas, y cero proteccionismo.
Para nadie es secreto que desde que el Perú ingresó al APEC el año 1998, los beneficios de este modelo de inserción en la globalización han traído más desarrollo para nuestro país. Y si hace diez años hubiéramos escuchado a los agoreros de siempre –aquellos que pregonan la quiebra y desaparición de empresas peruanas si estas compiten con sus homólogas del extranjero– en este momento estaríamos con serios problemas de atraso, falta de empleo y disminución del nivel de exportaciones, entre otras lacras que lamentar.
De manera que nuestro llamado a las regiones se basa en fundamentos realistas. Si los líderes políticos, empresariales y populares de cada región entienden que la crisis financiera internacional abre una serie de oportunidades; y si comprenden que, en ese amplio escenario, el Perú tiene un potencial rico en posibilidades, entonces verán con confianza que sí podemos proyectar nuestra economía exitosamente. Es el momento de ponerse a trabajar junto a tailandeses, coreanos, japoneses, taiwaneses, norteamericanos, australianos, chinos, etc. Por ello los gobiernos regionales deberían estar al lado del sector privado de sus respectivas circunscripciones, con la mente puesta en colocar sus productos en el exterior.
Preparémonos para conectarnos con los socios de la Cuenca del Pacífico. Por ejemplo repliquemos en las regiones lo que hace una institución como Adex a través de su Centro de Idiomas, donde se enseña a pequeños y medianos empresarios los idiomas del Asia, a fin de que puedan negociar exitosamente la venta de sus productos. La ruta está trazada.
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