23.11.08

Presidentes antisistema

La visita de George W. Bush trae al recuerdo lo que dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuando Hugo Chávez, presidente de Venezuela, calificó a Bush como el Diablo: “llamar diablo a Bush es ofender al Diablo, porque éste podrá ser malvado, pero es inteligente”.

La anécdota figura en el flamante libro Países andinos: los políticos (452 páginas) que ha editado en Lima el Institute for Democracy and Electoral Assistance, con la coedición de Alberto Adrianzén, Juan Rial y Rafael Roncagliolo.

El volumen contiene semblanzas de los presidentes Evo Morales, Álvaro Uribe, Rafael Correa y Alan García, y se enriquece con entrevistas a notorios líderes políticos de los cuatro países.

Ahora que la palabra antisistema ha sido puesta de moda por un ataque del presidente García a LA PRIMERA, cobran mayor interés las semblanzas de Morales y Correa, por la forma cómo derriban sistemas antidemocráticos y corruptos.

Aleccionadora es la trayectoria de Morales. Nace en hogar campesino que se dedicaba a la cría de llamas, en una comunidad rural carente de servicios básicos, como el agua, la luz, las telecomunicaciones o la atención médica. Mientras estudiaba la primaria tuvo que vender helados. Para cursar la secundaria ofició de panadero y fabricante de ladrillos.

Temprano dio ejemplo de talento político. Convertido en dirigente de los campesinos cocaleros y de la Federación del Trópico de Cochabamba, buscó la alianza con la Central Obrera de Bolivia (COB).

Cuando el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, elegido como líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario, quiso imponer a sangre y fuego la erradicación de los cocales y luego vender el gas de Tarija a Chile, Evo encabezó las protestas por las matanzas y contra la política de sumisión al imperialismo.

Evo llamó a los cocaleros a resistir “hasta con sus vidas” a la política reaccionaria. Así fue creando la combativa coalición que llevó a su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), y a todo el pueblo al poder.

Una faceta notable de la actuación de Evo es que, si bien se liga con las raíces étnicas y culturales de la masa campesina, no se acantona en ellas; no acepta aislarse en un gueto.

En esto se diferencia de Felipe Quispe. Zacarías Flores, vicepresidente del MAS, marca, en entrevista de Martín Tanaka, la diferencia: “Yo soy quechua, hablo quechua, mi identidad es quechua. Pero si es que estás en el oriente Felipe Quispe te dice q’ara (blanco), para mí, Felipe Quispe también es racista.”

Los autores presentan así a Correa: “Se define como socialista cristiano. Logró su triunfo presidencial como un nuevo caudillo antisistema y con un programa centrado en un proceso constituyente para vencer lo que él y otros políticos del mismo perfil denominan la partidocracia”.

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