21.5.09

El elenco estable está aburridísimo

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

¿Hay espacio para un outsider en el 2011?

El triunfo de Barack Obama y el surgimiento de Marco Enríquez-Ominami en Chile, nos recuerda el fenómeno bien conocido por los peruanos del candidato inesperado que al final llega primero. ¿Hay espacio para un outsider en la elección del año 2011?

Las encuestas del último par de años indicarían que ese espacio no está muy abierto pues el pelotón delantero siempre lo integran Keiko Fujimori, Ollanta Humala, Luis Castañeda, Alejandro Toledo y Lourdes Flores, un grupo al que debiera añadirse el aún incierto candidato que elija Alan García (¿alguien cree, en serio, que en el Apra hay democracia?).

Mario Vargas Llosa explica la posición de Keiko Fujmori –“la hija de un dictador que acaba de ser condenado a 25 años de cárcel por crímenes contra los derechos humanos, que ha saqueado el país en actos flagrantes de inmoralidad pública”– como un nivel terrible de “inmadurez política”. Por su parte, Mirko Lauer planteó ayer en su columna una interesante definición operativa de esa “inmadurez política”.

Pero el criterio del voto peruano es materia controversial. Los que crean que las elecciones peruanas son como una ‘tinka’, deberían leer el muy inteligente libro del politólogo Alberto Vergara (Ni amnésicos ni irracionales) para recibir una explicación de que, cuando votamos, los peruanos somos memoriosos en extremo y actuamos con racionalidad política.

Lo cierto es que, de cara a la elección del 2011, el pelotón delantero sigue siendo el mismo pero –un ‘pero’ bien importante– sin generar mucho entusiasmo en el elector, lo que da lugar a especulaciones sobre si alguien puede colarse y desplazar a los actuales punteros.

Eso dependerá, entre otros factores, de las cualidades del outsider. Algunos han creído encontrarlo en Gastón Acurio. Desde Vargas Llosa hasta Acción Popular (AP), el partido de su padre. Felizmente, el chef no ha cedido a la tentación de ese canto de sirena y le ha dado un rotundo no a la invitación.

Por un lado –dicho esto con todo respeto por AP–, Acurio sería mucho candidato para tan poco partido, el cual tiene mucho pasado pero escaso futuro. Por el otro, meterse a la política –en el Perú, al menos– no es la mejor manera de hacer política, pues se puede contribuir de un modo más efectivo y positivo a la misma desde fuera de ella. Es obvio que Acurio ha hecho por el país muchísimo más que el alcalde Castañeda, a cuyo cargo lo quiere lanzar AP.

Pero que aún no haya ‘outsider a la vista’ no significa que el pelotón delantero deba respirar tranquilo. La gente anda aburrida y buscando una cara nueva. Si al final la encuentra, recemos para que no sea alguien tipo general Donayre, el nuevo Frankenstein de Alan García.

LA REPUBLICA

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